Una cruel realidad la que vivimos todos los Venezolanos, bien sea porque nos aventuramos (con el alma en pedazos) a probar suerte en países hermanos o porque como mi persona tenemos un gran número de familiares y amigos regados por el continente, creo que ni el Venezolano más pesimista prodría haber imaginado las calamidades que nos ha tocado vivir estos últimos años, bien sea lejos o en nuestro propio país, hemos vivido cosas que tal vez las contemos a personas ajenas a nuestras realidades y quizas no las crean, pero esas situaciones adversas nos han formado un caracter fuerte, han sacado (en la mayoría de los casos) lo mejor de nosotros y aunque algunas personas hayan perdido la fe y la esperanza, estoy seguro que más temprano que tarde volveremos a tener nuestro país de vuelta, libre, bello, radiante y más prospero que nunca, que más temprano que tarde todas esas personas que se vieron obligadas a emigrar volveran llenas de ganas de hacer todo lo posible y hasta imposible por devolver el brillo a nuestra amada Venezuela, que los malos momentos solo serán anécdotas que contaremos con unas frías encimas y una sonrisa de oreja a oreja. Nuestras convicciones son más fuertes que nuestros miedos y seguiremos luchando para asegurar que nuestros hijos y nietos el día de mañana no tengan que vivir todo lo malo que nosotros hemos soportado. VIVA VENEZUELA LIBRE