hola, bueno soy nuevo en esta plataforma y solo espero que les guste un poco mis ideas, no soy tan apasionado a la lectura pero quiero intentarlo y hacer algo nuevo para mi. he podido leer las paginas que contiene los libros de JRR Tolkien y de Andrzej Sapkowski, y otros mas que me han inspirado. es por vez primera que escribo así que no esperen mucho de mi. les daré un poco de mi libro para que puedan leerlo y opinar :
La legión de cenizas
 Introducción
He aquí en este libro, ya hace una historia en la que una antigua legión de personas, cuyas vidas normales fueron arrebatadas y convertidas en cenizas gracias al furor de las sangrientas batallas que tuvieron Puestas a prueba. El Estallido la guerra flameante, liderado por un simple joven, cuyo calvario arremetió con todo aquel benigno enemigo que amenazara las tierras predilectas, puesto que único camino irremediable era tomar venganza de aquellos que desolaron todo para poder reparar el agravado daño que le habían hecho a sus tierras y a los siete reinos, cambiando el mundo en que vivían y su historia. Luchando con sus armas manchadas de aquella sangre ennegrecida por la oscuridad subyugada que los bañaban en pos de cólera, Convirtiéndolos más que unos simplistas guerreros de aquella distopica sociedad segregada de males ambiguos. Una tierra Nacida por los siete caballeros del círculo. Gracias a esto por la culpa y el daño que causo un hombre olvidado en la historia de Bermillion, considerado un dictador y traicionero por aquellos que escupen su nombre, cuya misión era poder destruir y dominar a todo aquello que considero un enemigo, profano de su causa; Llena de corruptos guerreros con un propósito: En don y en virtud del Uso de la nigromancia como un recurso casi infinito, solo con el deseo de un nuevo mundo infestado por la corrupción y la malicia. Pero la abadía, la corrupción y el designio de los guerreros fue lo que calcino y emitió una fuerte batalla sin retorno. Así que, estoy seguro de que la oscuridad pudo esta vez, ser más rápido que luz ya que al empezar esta historia. Tuvo que suceder una gran tragedia al reino más grande y más conocido en la tierra de Bermillion: Ruvarda’nya. Tú, que lees esto te esperan grandes batallas, traiciones y verdades tendrás que afrontar en esta historia vehemente curiosa y peligrosa …
Prologo
El Ataque de la luna negra
Entre tierra y cielo pardo, hubo un día en la ostentosa tierra de Bermillion. En aquella época bañada de oro, se celebraba la fiesta en que los ciudadanos de Ruvarda’nya festejaban con la emoción del apego a los bailes tradicionales, canciones de orgullo, juegos de monta y diversión y bebidas tremendas en su máximo esplendor. Todo esto por la sublime honra al aniversario de la muerte de Nergales; el caballero de hierro uno de los integrantes del séptimo circulo sino el más importante de todos; cuya idea fecundo y fundo Ruvarda’nya, la ciudad de hierro templado y plateado. Antes, Solo para los sobrevivientes de la agónica y oscura guerra antigua. Pasando solo ser un baluarte perdido a una facción completa en todo su esplendor en plena luz del sol.
En esta ciudad tan peculiar y exótica, rígida y templada gracias a las aleaciones de metal y las piedras calizas en el que se construyó. De ella en sí, Contaba con una arquitectura espléndidamente única que podrías quedarte viendo los castillos, granjas y viviendas toda la tarde. Haciendo mención directa a su gente generosa y carismática, contando con el cuidado de los guardias electos llamados trigriscos ejemplo de fuerza y frialdad en Ruvarda´nya. En lo que vendría siendo este revoltijo de cabezas perdidas, en este valle utópico, vivían tres personas únicas que se asentaban en el rigor de esa tierra: Reginal melodiak, un chico recto con una personalidad madura y rígida, quien se encargaba de mantener a flote la herrería de su fallecidos padres cuando este solo contaba con unos 15 años, era todo un ejemplo a lo contrario de su hermano, arghos melodiak el hermano menor: este niño a pesar de que tenía 10 años, era sino tal vez el diablillo en comparación con Reginal, tal cual como una bomba de desastre fuera a estallar; y ni hablar sobre su carácter estresante e intolerable, contando una personalidad que ni hasta el hombre más rudo y corpulento con el carácter más descabellado y esbelto logra controlarlo. Y El último de estos tres peñascos, se consagra como su protector y además su tío, helforth un hombre con una visión de liderazgo pleno pero con una personalidad un tanto extraña que hasta el enemigo se queda frio de tan solo verlo, refutando que, era un tanto solitario y solo se le podía ver compartiendo tiempo con sus sobrinos o en la mesa de guerra, Encabeza la lista como uno del alto mando general del reino, gracias a su maestría con el dominio de la espada y la piromancia en sus formas, la cual le instituyo tal merito en el campo de batalla. Ahora, siguiendo con la historia.
Ya en el abrazo de la noche, con la luna resplandeciente como un diamante brillando a la luz más alta y un tamaño exageradamente enorme casi como ver una perla en lo más alto del cielo. Y debajo de todo esto paseaba a paso ligero Helforth. Vigilado por la luna sagaz hacia las puertas del castillo. Él estaba casi borracho, tambaleándose más que una bailarina, con un tarro de cerveza en la mano derecha. De camino llegando a las puertas del castillo por la celebración se detiene un momento para mirar fijamente a la glamurosa luna, con ojos penetrantes, mientras en su cabeza dictaba unas palabras:
“los corazones de nuestra gente duermen ahogados en alcohol y euforia durante esta celebración, pero presiento que nuestro acto de alegría y jolgorios será desgarrada esta noche. Puesto, durante plena luz lunar, esto acabara en un caos total”.
Voltio y volvió en si, Siguiendo en su camino hacia las puertas del castillo. Tras el trasfondo de la noche agraciada, Helforth visualiza un hombre con mascara, muy alto, vistiendo un harapo negro, se le veía sospechoso al decir verdad; caminando con unas zapatillas que se escuchaban como unos cascabeles a cada paso tronante que podía en la densa oscuridad de la noche, esparcía una sensación mórbida y aterradora pero eso no detuvo la valentía Férrea de Helforth, entre distorsión y aciago pregunto por su paseo nocturno:
- mira tú vagabundo ¿qué haces a tan inseguras horas de la noche? - El hombre voltio y hecho mirada penetrante al alma a Helforth por un rato, el silencio agobiante y ensordecedor se esparcía en el ambiente. El hombre silencioso de repente suelta una espeluznante carcajada de la nada, como si todo fuera un chiste cantado. Después de esto se digna a contestar la simple pregunta de Helforth. - tranquilo todo llegara a su final, cuando menos te lo esperes todo lo que ves será destruido y hecho trizas, el cielo se volverá amarillo gracias al agónico llanto de las personas y las estrellas se alzaran con ese rojo carmesí por cada sangre derramada. ¿No te parece… tan divertido y glamoroso? –
Helforth deja caer su tarro de cerveza y se queda en guardia, la situación se torna radical para él. El siente en aquella mirada vacía e inhóspita, todo el misterio oculto en su umbrosa cortina atrás de sus ideas. Va y Con calma fría, le responde detenidamente. -conozco a muchos hombres que sus mentes fueron distorsionadas con el paso de las guerras pero, siento que tú lo tomas como una obra satírica. – -Mi mente está a otro nivel que la tuya. No necesitas saber más que, morirás en manos llenas de lamentos y odios- dijo siniestra y cortantemente mientras gozaba de risa.-tu risa. me repugna igual que el hedor implacable de los putrefactos cadáveres que rebozan del sol.- respondió directo y claramente Heldforth, con ojos matones. Rápidamente Desenvaino su espada y tomo posición de combate. Con paso de golondrina y reflejo de gato, se adelanta con intención violenta hacia el enmascarado hombre, pero lo que parecía como una persona solo era una ilusión en el escenario. En ese momento a Helforth se quedó tieso como una estatua.
Él sabía lo que iba a suceder esa noche, una viva pesadilla que nunca pudo soportar en sus sueños, de repente una voz emerge de la nada misma: -Cómo se siente cuando la paranoia invade tu cuerpo y tu mente para destrozarte por dentro. Mis semillas ya invadieron este reino, ahora solo hace falta que florezca los matorrales del caos.- Sin más la voz desaparece y un silbido truena desde lo lejos, fundiéndose con la niebla de la pesada noche. Helforth se empezaba a asustar y no dudo en avisar a su gente en el castillo. Corriendo lo más rápido posible hacia la entrada del castillo se encuentra con su amigo: Gronidas arriventil, Casi entrando al festín del castillo. Gronidas preocupado no tarda en preguntarle -¿qué pasa? ¿Por qué están corriendo como uno de esos borrachos locos?-. - lo siento, es que necesito entrar esto nos podría involucrar a todos. No me está gustando para nada el ambiente a masacre que abra en este lugar. Por favor protege a mis sobrinos.- dijo Helforth sudado y preocupado. – tranquilo. Yo buscare todos los generales, mientras tu protege al rey. Esto puede ser el día que tanto has estado temiendo helforth. – dijo mirando detenidamente en la expresión de asustadiza y esporádica de Herlforth sin espera, entro al comedor de la celebración buscando al rey, caminando entre la marea de gente festiva, cuando de repente encuentra a un guardia.
Al hablar con él, pidiéndole poder tener una charla privada con el rey llamado: zadiaz. El guardia trigrisco no despliega ni una sola palabra, su mirada era sumisa y sin reacción, su posición era rígida y testaruda denegándole el paso. Ya en el transcurso de ese momento apareció Casilda mano derecha del rey y consejera, junto a ella los tres generales de alto mando restantes: Bjorne, leinus y trenos. Helforth.- Casilda mano de plata; hija de arandis y babel goleing, eredera del vigilia. Mis más sinceras disculpas pero, el festín se acaba aquí. La noche perturba a los espíritus -. Le dijo con ojos fríos y voz seria-.
Casilda lo miraba como otro tropiezo molesto más de la gala, tratando de molestar con una broma.-Tus bromas groceras y abusivas no son dignas ni para ser pensadas. Emborráchate y piérdete hijo sangriento-. Su respuesta fue fuerte y toxica, dejándole sin poder hablar con su rey. Esto por supuesto no le fue de agrado para nada a Helforth, en ese momento le invadió una furia interna, endureciéndolo.- si no me dejas pasar tendré que atacar a todos aquí sin despecho y piedad alguna, mi leidi-. Dijo con los dientes apretados como cocodrilo y con voz baja y ronca. Sin remedio desenvaino su espada contra los cuatro y con forma violenta aparto a todos los guardias que le impedía llegar al rey. Se escuchó en estremecidos sonidos de espadas chocándose por lo largo y ancho del salón. El rey Sorprendido por la pelea generada en medio de la fiesta, se acercó rápidamente y alzo su voz y grito “¡basta cerdos miserables sin sentido!”.
Todos se detuvieron como si una ventisca rauda y aviolentada se sacudiera por todos. Guardaron sus armas y se relajaron. Helforth fue de inmediato a pies del rey y le dijo todo lo que le tenía que decir al rey zadiaz. el peligro inminente era inminente. –Señor el ejército de Bjormtre se acercan hambrientos del caos y están más que preparados para tumbar una ciudad completa.- platico con severidad Helforth. Hubo un silencio que invadió por completo la fiesta apagándola. El rey con voz alta y clara dijo: “¡mis cariños invitados, se acabó el festín. todos por favor, regresad a sus casas! Los únicos que tienen distinción en quedarse son los Generales. Ustedes, mis estrategas Venid por favor al torreón. Tenemos que plantear cuanto antes las defensas. Guardias trigriscos proteged cualquier esquina y si os encontráis algo háganmelo saber cómo rápidamente.” -señor lo lamento, pero el tiempo ya corre contra nosotros, el caos ya vendrá como una tormenta de arena y arrasara con todos. Lo único que podemos hacer es sacar a nuestro mejor personal y contraatacarles.- adelanto Heldforth. Todo el mundo que estuviera presente en el castillo se fue sin más como alma que corre el demonio. Estando allí Casilda, leinus, trenos, Bjorne, helforth y el rey. empezaron a hablar sobre asaltante asedio contra el reino. - sabia palabras mi amigo. No hay duda ya vienen a buscar lo que les hace tanto falta… el anillo de tigre, llamad a los guardias tigriscos y pedidles que preparen las almenaras. Generales de la santa Ruvarda’nya necesito que cubran todo el terreno - dijo con ojos apagados, voz rígida y una mirada con la cara en alto.
En el cielo se podía ver claramente como aparecía un meteorito que recorrió todo el cielo llenándolo de un amarrillo triste e intenso, desgarrándolo y extinguiendo las estrellas de la noche transformando la luna brillante a una negra y oscura. Del horizonte salió una niebla tan densa que no se podía ver más allá del terreno en su ápice, y de allí salieron unos seres decrépitos, siniestros rodeados por un aura necrófaga y en el frente de todo se podía ver una sombra con capucha junto con tres caballeros que a simple vista, eran irreconocibles estando al lado de aquel ser de aura imponente. El hombre con la capucha envaino su espadón y la señalo hacia arriba dando orden que todos en el reino esperaban. La orden del ataque masivo. El rey el cual se le veía decidido les ordeno a los tres generales que preparasen sus armas y tropas, helforth por su parte fue en soledad y antes de que se fuera zadiaz le dijo forma objetiva y muy seria: - solo te diré esto. Si mueres allá espero que sepas que, lo que hiciste con tu vida y con la vida de esos pobres niños florecerá de tal manera que verán un mundo distinto. Porque ellos van a sufrir igual que tú-. – tranquilo. Ya yo les di todo mi cariño a esos niños y a mi hermano, solo espero que él pueda volverlos a ver… en algún tiempo distante a estos que estamos viviendo. Arghos será la bestia que deambule por todo el mundo y lo reestructure por completo- dijo Heldforth en voz melancólica y sonrisa brillante. sin mirar atrás y en caballo con galope erguido fue tras la pelea, saliendo disparado por la puerta principal. Mientras tanto, el caos empezaba a germinar, Gronidas busca sin parar a arghos y Reginalt, durante una ardua búsqueda en los barrios bajos de la ciudad en medio del caos los detecta juntos con otros niños. Estaban siendo Rodeados de lo que parecía ser muertos vivientes, armados hasta los dientes. Eran siete y uno de ellos le tenía agarrado por el cuello a un chiquillo. Medito un poco la situación, sabia como iba a acabar esto. Encontró una idea enterrada en sus pensamientos vertiginosos y decide atacar. Tomando su arco y tres flechas a la vez, se dispuso a derribarlos con un solo asalto de flechas afiladas como el pico de un águila. Les penetro limpiamente los cráneos desnudos a los primeros tres.
Raudo y veloz se posiciona detrás de dos, y les destroza el cuello a daga limpia y voraz. Solo quedan dos, uno sostenía una vida humana y el otro le amenazaba con matarla. La situación era tensa y no favorable para Gronidas. Respiro hondo y calmado, tomo una flecha y la tenso. Él sabía que Reginal, por detrás suya podía flanquearlos y arremeter un golpe en la pierna al muerto agresor. Va este y le conecta con un golpe fortísimo en la pierna con un peñón bien afilado derribándole. Gronidas no tarda y dispone a disparar hacia el otro muerto, quien sostenía inmisericordemente al niño, mientras que el otro estaba aturdido por el golpe. Suelta la flecha mortal y le da en el sitio más pleno de su cabeza derribandole. Luego va tras el aturdido rematándole, lanzando una daga escondida hacia su cabeza degollándolo. Logra rescatarlos y decide escoltar todos hacia un refugio cercano protegiéndolos de cualquier peligro. Helforth mientras tanto logro derribar a un gran número de soldados no muertos. Distraído por el asedio surgió viento brutal e incordio, entre la nada una onda de viento parecida a la de un corte de espada roza a Helforth, tras ese ataque mortal apareció una figura reconocida por todos en Bermilion, era uno de los siete caballeros de los 7 círculos, Ventocar del círculo del viento; Estaba Cargado de un aura sombría y desagradable, mientras Helforth le miraba con mucho criterio y concentración. Toma su espada la envolvió en fuego para así disponerse a pelear en aquella escaramuza, pero una cosa es solo ser valiente y otra es ser consciente del peligro pero eso no fue así.- tú no eres lo tan honorable como para llevar esa espada de doble filo-. Dijo Heldforth antes de atacarlo a sangre fría.- todos en algún momento de nuestra vida dejamos de ser honorables para convertirnos en algo más real-. expreso el sombrío caballero mientras se preparaba para la pelea. Fueron hacia delante dando una embestida violenta y pesada.
Chocaron las espadas con todas su furia llegando hasta hacer temblar el suelo agrietándolo, desencadenando una batalla digna de presenciar entre dos caballeros, un espectáculo de danza mortal entre espadas a la muerte. Por un lado un hombre que manejaba la espada y la piromancia del otro, una misteriosa figura que se desconocía de su manejo del arma en el combate. La pelea prosiguió unos minutos, fue tan pareja que parecía un empate. trheatus arto y soltó unas ráfagas de vientos esquivo con audacia, el con una sola mano desprendió un muro de fuego delante suya solo para distraerlo. entre aquel muro incandescente, Helford logro distraerlo y flanquearle para así apuñalarlo. Lo único que Helford no debió hacer, era subestimarlo ya que él no sabía cuál poderoso podría ser aquel guerrero. De repente, en un momento queda en una mala posición al saber que no le pudo hacer daño alguno. Por desgracia su espada lo atravesó como a la nada misma, he de recordar que el pelaba contra el amo y señor de los vientos, por lo cual era pelear contra la corriente tormentosa e infranqueable.
Trheatus se le acercó y le susurro lo más cerca del odio diciéndole en elfico: “los vientos susurran tu muerte” a penas saco su espada de doble filo, dio un golpe mortal a Helford. Se podía ver en horizonte como Ruvarda’nya se calcinaba en aquel vestigio de muertos y fuego. -yo no he traicionado a nadie. Ellos lo hicieron en primer lugar, entre el agua y la sangre una es más densa que la otra, una representa la vida y la otra solo el color de la guerra.- le dijo Trheatus cara a cara a Heldford antes de su ida, dejándolo desangrado y humillado. Ya en la oscuridad, el castillo estaba siendo azotado por la andanada de guerreros muertos vivientes. A raíz de esto entro el comandante y líder de los soldados necrófagos arremetiendo con cualquier otro guardia trigrisco en el castillo que quedara, dejando una alfombra roja hecha con su sangre. Hasta que Llego donde el rey, quien ya estaba exhausto y sufrido. ellos empezaron a tener una breve charla que hizo inquietar y enojar a Bijontre el comándate de aquella masa de guerreros putrefactos. - ¡mira tu ciudad está acabada e irreconocible lo único que queda en esta excursión que organice para encontrar lo que quiero, está aquí mismo lo siento cerca! – dijo mientras se batía en una tormenta de rebia. - ¡eres un necio Bijontre! destrozas a mi pueblo por tu mísera causa, si quieres lo que más deseas, pues lo siento no tengo tu recompensa inconmensurable.- respondió defensiva y coléricamente Azadias -Aun te recuerdo como un perro chiquito que miraba detrás de las ventanas glamurosas del castillo, por detrás de su madre. Miedoso a más no poder. Ven a mí y acepta tu destino.- dijo Bjormtre El ya no aguantaba más, aquel gran hombre cojo que solo llegaba apoyarse por su espadón en su custodia, fue con acción brusca atacando a Azadias atravesándolo con su gigantesca espada en el pecho del rey partiéndole en dos, dejando un charco de sangre por toda la habitación y por si fuera poco lo termino de machacarlo dejándolo en trozos de carne en el suelo, mientras que todo el mundo era testigo de su muerte deshonrosa.
Todos los generales estaban muertos a excepción de Casilda, quien se encontraba escondida; herida entre el mar de escombros. Bijontre dijo a gritos celestiales: -¡venga mis esbirros. hemos alcanzado un paso muy importante en nuestro objetivo, no dejen nada vivo y demuelan todo! – Bijontre toma como muestra de victoria el brazalete de Nergales y se esfuma entre un portal creado a su merced. Trheatus y el hombre enmascarado le siguen a él sin dejar rastro alguno de su paradero. El lugar se consumía en fuego arrollador, todo se destruía, todo se calcinaba, era el final de Ruvarda’nya. Mientras tanto Heldforth miraba dolosamente estando acostado y derrotado, entre el suelo magullado y agrietado de la ciudad mientras se incorporaba en negligencia absoluta. El final de su amado pueblo va mirando la vista triste y agónica.
Unos pasos suaves como los de un gato llegan a él. Casilda, quien estaba herida pero aún vigente. Ella lo ata en sus brazos y lo apoya en su cobijo.- eres un ingrato, idiota y gorila ¿cómo es posible, que con tus acciones tan descabelladas puedas pensar en ir solo y dejarme en el olvido? Te odio-. Dijo Casilda entre lágrimas y llantos. – ese es la esencia que tenemos nosotros, los hombres Melodiak de mi linaje a las mujeres, mi leidi. Usted aunque sea una caballera, no dejare que ensucie sus delicadas manos-. Dijo con serenidad y calma total Helforth.- ¿y ahora qué? La los muros caen como pájaros muertos, las casas y edificios se incendian como faroles infernales, la gente corre como puede para que no los alcance las hachas y espadas que cuelan por los aires. ¿Es este el sueño que me dijiste alguna vez?-. – no hay duda, siento como se realiza parte por parte, volteo y es todo como lo he soñado. Una pesadilla digna de un mal pesar. Por favor ve y cuida de mis sobrinos ellos están ocultos en una cueva subterránea cerca de aquí, están al cuidado de Gronidas. ¡Ve!-. Ella dejo en soledad al malherido héroe, obra de su benevolente voluntad. Lo miro con ojos abrillantados y lágrimas que se deslizaban como una cascada dorada, mientras corría al rescate de sus sobrinos. Él nunca pensó en quedarse ahí derrumbado, viendo la alegórica vista de su reino. Con un último aliento, con acto de desaparición, ya con heridas profundas y muy graves; intento liberar con su último aliento liberar una poderosa magia mientras se postraba anquilosado. Se levantó con todas sus fuerza, miro el cielo raso y vil cual emergía llanto sollozante. Levanto su mano temblorosa y le pidió ayuda a Rajgma: La diosa de la furia solar. Con un dialecto antiguo dirigió: -¡faireste, derremnten, jagminar, zulmar! Dios de la arena calcinante, te pido mi última petición. Os digo que me aportes su fuerza astral, solo para ayudar a proteger mi pueblo. no importa que me hagáis brasas el cuerpo. Ya mi destino ya hace solo en tus abrasadoras y furiosas alas del sol naciente!-.
El suelo empezó a erosionar lava de sus múltiples grietas, Invocando a un fénix que devoro a Helforth, emergiendo como una erupción volcánica atroz, con ira se levantó y se desplego hacia los aires, surcando por el viento infernal de la batalla. Abriendo la boca, escupió un fuego tan ardiente que hasta la lava misma podría ser solo cálida, destruyendo así los centenares de necrófagos que azotaban a la ciudad, consiguiendo salvar lo que quedo de la ciudad. De repente el fénix desciende levemente desvaneciéndose como una vela al soplar del viento, y de su interior sale helforth chamuscado por las brasas del fuego sagrado. Ya Tirado al suelo vio un pedazo de su amada ciudad, hundida en la destrucción y las sombras, respiro hondo y cerró los ojos lentamente. Por otra parte gronidas, al ver que todo parecía estar seguro, procedía con manera cautelosa a abrir la puerta que tenía a salvo los sobrevivientes incluyendo a Arghos, Reginal y Casilda. Todos salieron cautelosamente, en silencio y Miraron con impacto y con solloces la destrucción de su ciudad. Una oscuridad fría y desalentadora callo en Ruvarda’nya, todos estaban dentro lo que cabía, bien. Pero para Arghos y Reginal solo fue como un baño de agua fría. Aun no venía la peor parte, Arghos desesperado fue gritando y corriendo por toda la ciudad.-tío donde estas, estúpido hombre vagabundo-.gritaba el jovenzuelo sin más hasta la saciedad. Hasta que se paralizo como si hubiera visto una bestia salvaje entre la tela negra de la noche; sus ojos comenzaron a humederce como y derramar lágrimas. Mientras que el sol salía para dar un aliento matutino y acogedor de calor. La perturbación de Arghos se hizo notar al ver a su querido tío tirado en el frio y escómbrido suelo.
Corrió hacia él, con llantos que se podían escuchar por toda la ciudad, su hermano no tardo ni un segundo en encontrar a él y a su tío. Helforth se encontraba acabada, ya sin aliento algún. Con sus últimas palabras dirigió su cara hacia los niños envueltos en un rio de llantos y con vos ronca y sollozante les dijo: Helforth: “sigan luchando mis valientes guerreros. Ustedes son los últimos lobos de nuestra estirpe. Aunque la flor se vuelva cenizas por el fuego de la oscuridad, siempre habrá un mar más para que puedan dar harmonía en conjunto a sus hermanas y sobretodo te lo digo a ti arghos. Eres igual que tu padre, tú vas a ser el que guie a esta gran nación hacia un camino de luz. Tal vez tu no lo veas asi pero serás un gran hombre en el futuro. Los vigilare desde donde estén. Sean sagaces en sus decisiones. Hasta entonces mis pequeños tigres… ” De manera delicada dio su ultimo lapso de sonrisa y cerro sus ojos cumpliendo. su deber por la gran tierra de los siete caballeros ya fue pasado hacia los dos retoños, abriendo así una nueva puerta para que arghos y Reginal, llevando en su memoria este evento catastrófico concluyendo con lo que sería el comienzo del despertar de un nuevo guerrero.
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