Me da tristeza la historia de Luisa Isabel, una mujer que me atrevo a decir que esa enfermedad mental surgió a partir de tantos desprecios y desinterés de sus progenitores desde su mismo nacimiento, resulta increíble que ni siquiera hubieran dedicado un poco de tiempo para otorgar a su hija un nombre digno. Todas las excentricidades que ahí narras no hacen más que recalcar las miserias que vivió durante su infancia y pronta juventud.

Quizás la desnude era su manera de llamar la atención y la falta de higiene en sus prendas cuando las usaba era una costumbre a la que se mantenía aferrada por la misma falta de atención de sus padres, en cuanto a la cuestión de los alimentos, me atrevo a pensar que incluso le era negada la comida y que más de una vez tuvo que escabullirse como un ratón en la cocina para consumir los alimentos...

Con respecto al Joffrey II, no sólo se parece físicamente sino también en cuestión de gustos macabros. Resulta morbosamente gracioso.

Aunque corto me agradó leer tu post. Te invito a que leas el mío Top 10 Máquinas de tortura utilizadas por la Santa Inquisición.