Cartas a María Mantilla de José Martí: Una idea de cómo aprovechar la juventud
Ya estoy por aquí de nuevo amigos . Esta vez les compartiré la última parte de la lectura de José Martí. Que sea la última no la hace menos valiosa, pero si un poco más extensa. Me disculpo por eso y les agradezco su tiempo para leer esta humilde pero profunda reflexión acerca de un tema controversial: la juventud.
El género epistolar ha sido por excelencia el género para enseñar y educar. La forma de instruir mediante una carta es una forma más íntima de dar un mensaje a un familiar o un amigo muy querido, porque implica una cercanía con la otra persona a quien se dirige el escrito. Quien escribe imagina el momento en que sus palabras son leídas. Las Cartas a María mantilla, son una serie de epístolas que el autor dirige a la que se cree que es su hija, una joven que está creciendo y por ello él quiere formarla en la sabiduría. La juventud implica desde ese momento una responsabilidad y una disciplina que deben ser ejercitadas. En primer lugar le habla de lo decorosas que son las mujeres en el lugar donde él se encuentra viviendo, para referirle que ella deber ser igual de decorosa: “Lo admirable aquí es el pudor de las mujeres, no como allá que permiten un trato demasiado cercano y feo”.
Asimismo el padre quiere disipar de la mente de la hija el miedo a sufrir. El sufrimiento es parte de la vida y el hombre puede y debe saber sobrellevarlo. Para todos el sufrir siempre es algo negativo, sin embargo él intenta decirle a la hija que sufrir puede ser también algo positivo, algo provechoso: “no tengas miedo nunca de sufrir, sufrir bien, por algo que lo merezca, da juventud y hermosura” .
Otro aspecto que se puede apreciar es el miedo a la vejez. El cual no deber ser una preocupación cuando en la vida se ha vivido y actuado con benevolencia. Así le dice: “Mira a una mujer generosa: hasta vieja es bonita y niña siempre”. Y también: “Mira a una mujer egoísta, que aunque de joven es vieja y seca. Ni a las arrugas de la vejez ha tenerse miedo”
Por otra parte, Martí le habla acerca de la pobreza a su hija y también sobre invertir el tiempo en cosas productivas como aprender y cuidar a sus padres. En la juventud lo padres deben ser sagrados para nosotros. El tiempo es provechoso cuando se trata de valer tanto cuanto se pueda, y la pobreza no es impedimento para lograrlo. La pobreza no debe ser un obstáculo para el crecimiento personal, y se es virtuoso cuanto más se aprende. Según Martí hay tres cosas que deben tenerse en cuenta para vivir mejor: saber más que lo demás, vivir humildemente y ser compasivos.
El padre sabe que en la juventud María puede olvidar distraerse en otros asuntos como el amor o el cortejo de los muchachos y olvidar lo verdaderamente valioso. Por eso le advierte que no debe olvidar el verdadero valor que tienen lo padres en su vida, y que no se deje distraer en su formación. Que no debe sustituir el amor del padre por otro amor menos puro, porque el amor de los padres es puro y eterno. Por medio de unas líneas en el inicio de la carta octava, el padre expone la situación en que se puede ver envuelta María si no se convierte en una mujer independiente. El pensamiento que quiere transmitirle a su hija es que la mujer que compromete su dignidad a cambio del sustento, es una esclava, y lo es a causa de su ignorancia.
La lectura representa el pilar fundamental para una vida provechosa, serena y elevada. Esta es la base para desempeñarse bien en todos los ámbitos de la vida. Por medio de ella se puede conocer al mundo, prepararse para las cosas buenas y malas y ser feliz en la alegría de aprender algo nuevo todos los días, alimentando así nuestra alma. Toda esa sabiduría es posible en los libros, pero especialmente en aquellos que tratan la ciencia. En ellos se explica el orden del mundo, los fenómenos naturales y los elementos de la tierra. En ellos hay un eterno descubrir. El verdadero conocimiento es aprovechar siempre lo bueno y desechar lo malo. Lo más provechoso es mejorar, aprender cuanto sea posible, y lo verdadero. Para concluir esta pequeña reflexión citaremos un fragmento donde resume de alguna forma todos lo valores que quiere enseñar a María y a todas la mujeres :
“Es como la elegancia, mi María, que está en el buen gusto, y no en el costo. La elegancia del vestido, -la grande y verdadera -está en la altivez y fortaleza del alma. Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma. Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco. Quien siente su belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada: se sabe hermosa, y la belleza echa luz”. José Martí.
Por su atencion, gracias. Estas fotografías se las dedico a las mujeres más hermosas que me dio la vida !!