El interés de la especie humana por medir el espacio transcurrido durante la permanencia del sol y luego la llegada de la oscuridad y con ello nuestro satélite natural, la luna, era evidentemente una imperiosa necesidad desde nuestra historia más remota, pienso que poder determinar ese lapso de espacio era vital para que la humanidad pudiese ampliar su visión en cuando al conocimiento de su entorno, del cual muy poco se sabía para tal época.

Innumerables eran los hechos que motivaron a nuestros ancestros a realizar sus más grandes esfuerzos para comprender los fenómenos naturales, con el firme propósito de establecer una relación entre los dos acontecimientos antes descritos (claro-oscuro), es decir, poder buscar una proporcionalidad entre tales fenómenos mediante una descripción y análisis extraídos de sus comportamientos.

Pienso que la evolución del intelecto humano, asentó sus raíces esencialmente en la necesidad de poder comprender el medio que lo rodea, y la determinación del tiempo, sin dudas representó uno de los más importantes enigmas develado y sabiamente articulado por la especie humana, los patrones utilizados inicialmente como sabemos han evolucionado enormemente para el bienestar de todos nosotros.

El sol, desde nuestros inicios se convirtió en el epicentro utilizado para los distintos patrones en relación a la medición del día y la noche, pero necesario era poder contar con un método claramente cuantificable, el cual nos permitiera medir en términos proporcionales cualquier tipo de acontecimiento presente en nuestro transcurrir por este planeta.

El campo de la ciencia, el cual sabiamente se nutrió y aun lo hace de la gran filosofía, ha representado la extraordinaria herramienta o canal de investigación para la afinación de todos estos estudios precedidos por nuestros antepasados, los cuales representaron dignamente a la madre de todos la ciencias y conocimientos, la filosofía, y con ello la llegada de la maravillosa ciencia de la física, la cual nos permitió magníficos avances en la concepción de la relación de tales fenómenos (día-noche) que ayudaron inicialmente a dar los primeros pasos a la comprensión del conocido tiempo, por lo tanto, a través de la física la humanidad le inyecta numerabilidad y convierte al espacio en una magnitud claramente cuantificable y comprobable, con esto nuestro estilo de vida se modernizo ampliamente.

Desde el maravilloso descubrimiento del físico Albert Einstein, quien vínculo el espacio con esa proporcionalidad llamada tiempo, con esto, nuestra huella en este hermoso planeta por siempre será recordada y cuantificada con exactitud gracias a la determinación de nuestra existencia mediante la magnitud del tiempo, ahora somos una especie aún más desarrollada y organizada, todo se lo debemos a dicha magnitud.

Los acontecimientos que nos marcaron en nuestras vidas ahora eran posibles plasmarlos y hacerlos perdurables en el espacio-tiempo, y como lo hemos hecho aprender de cada uno de tales acontecimientos, enmarcados así en pasado, presente y futuro, grandiosamente nuestro futuro gracias a la magnitud física del tiempo es posible mejorarlo a través de hechos ocurridos tantos naturales como en actividades del propio ser humano.

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En conclusión, somos la especie viviente de este planeta con mayor capacidad de evolución, esto en gran parte ha sido, el haber podido entender la relación proporcionar del espacio que nos rodea con una medición cuantificable, en donde como en todos los aspectos de nuestras vidas, la filosofía nos ha pavimentado nuestro camino al éxito de nuestra permanencia en la tierra, y con ello la clara determinación de nuestra existencia en este universo a través del espacio-tiempo.

@autavio72