Un sabio muy antiguo contaba lo que les sucedió a dos moscas que cayeron en un gran tonel lleno de leche. La una se desanimó y se ahogó. La otra se dedicó a patalear y patalear. Y fue tanto lo que pataleó que logro formar nata y sobre esa nata se sentó y no se ahogó. Son las dos actuaciones de la gente ante las situaciones trágicas de la vida: unos se desaniman y se hunden en el abismo de su desesperación y se dejan ahogar por la tristeza. Otros en cambio luchan contra su desánimo y su depresión y logran salir a flote de las situaciones que querían ahogar sus esperanzas. Porque en esta vida no existen situaciones que irremediablemente tengan que llevarnos al fracaso. Dios aprieta pero no ahoga, y siempre en cada pena y problema deja un camino de salida hacia nuevos triunfos y alegrías. (Como vencer las preocupaciones)