PAPA OLVIDA - POPE FORGETS

in spanish •  7 years ago  (edited)

Escucha, hijo: voy a decirte esto mientras duermes, una manecita metida bajo la mejilla y los rubios rizos pegados a tu frente humedecida.

He entrado solo a tu cuarto. Hace unos minutos, mientras leía mi diario en la biblioteca, sentí una hola de remordimiento que me ahogaba. Culpable, vine junto a tu cama.

Esto es lo que pensaba, hijo: me enojé contigo.


Fuente

Te regañé porque no te limpiaste los zapatos. Te grité porque dejaste caer algo al suelo.

Durante el desayuno te regañé también. Volcaste las cosas. Tragaste la comida sin cuidado.

Pusiste los codos sobre la mesa. Untaste demasiado el pan con la mantequilla. Y cuando te ibas a jugar y yo salía a tomar el tren, te volviste y me saludaste con la mano y dijiste: “¡Adiós, papito!” y yo fruncí el entrecejo y te respondí: “¡Ten erguidos los hombros!”

Al caer la tarde todo empezó de nuevo. Al acercarme a casa te vi, de rodillas, jugando en la calle. Tenías agujeros en las medias. Te humillé ante tus amiguitos al hacerte marchar a casa delante de mí.

Las medias son caras, y si tuvieras que comprarlas tú, serías más cuidadoso. Pensar, hijo, que un padre diga eso.

¿Recuerdas, más tarde, cuando yo leía en la biblioteca y entraste tímidamente, con una mirada de perseguido? Cuando levanté la vista del diario, impaciente por la interrupción, vacilaste en la puerta.

“¿Qué quieres ahora?”, te dije bruscamente.

Nada respondiste, pero te lanzaste en tempestuosa carrera y me echaste los brazos al cuello y me besaste, y tus bracitos me apretaron con un cariño que Dios había hecho florecer en tu corazón y que ni aun el descuido ajeno puede agostar.

Y luego te fuiste a dormir, con breves pasitos ruidosos por la escalera.

Bien, hijo: poco después fue cuando se me cayó el diario de las manos y entró en mí un terrible temor. ¿Qué estaba haciendo de mí la costumbre?

La costumbre de encontrar defectos, de reprender; ésta era mi recompensa a ti por ser un niño. No era que yo no te amara; era que esperaba demasiado de ti. Y medía según la vara de mis años maduros.

Y hay tanto de bueno y de bello y de recto en tu carácter. Ese corazoncito tuyo es grande como el sol que nace entre las colinas.

Así lo demostraste con tu espontáneo impulso de correr a besarme esta noche. Nada más que eso importa esta noche, hijo. He llegado hasta tu camita en la oscuridad, y me he arrodillado, lleno de vergüenza.

Es una pobre explicación; sé que no comprenderías estas cosas si te las dijera cuando estás despierto.

Pero mañana seré un verdadero papito. Seré tu compañero, y sufriré cuando sufras, y reiré cuando rías. Me morderé la lengua cuando esté por pronunciar palabras impacientes. No haré más que decirme, como si fuera un ritual: “No es más que un niño, un niño pequeñito”.

Temo haberte imaginado hombre.

Pero al verte ahora, hijo, acurrucado, fatigado en tu camita, veo que eres un bebé todavía. Ayer estabas en los brazos de tu madre, con la cabeza en su hombro.

He pedido demasiado, demasiado…

W. Livingston Larned

En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por que hacen lo que hacen.

English:

Listen, son: I'm going to tell you this while you sleep, a little hand tucked under your cheek and the blond curls stuck to your wet forehead.

I entered alone to your bedroom. A few minutes ago, while I was reading my diary in the library, I felt a hello of remorse that drowned me. Guilty, I came by your bedside.

This is what I thought, son: I got angry with you.

I scolded because you do not you clean the shoes. I screamed at you because you dropped something on the ground.

During breakfast I scolded you too. You turned things around You swallowed the food without care.

You put your elbows on the table. You spread bread too much with butter. And when you were going to play and I went out to take the train, you came back and you greeted me with your hand and said: "Goodbye, daddy!" And I frowned and answered: "Hold your shoulders up!"

By late afternoon all started again. As I approached home I saw you, on your knees, playing in the street. You were holes in the middle. I humiliated you before your little friends by making you march home before me.

The stockings are expensive, and if you had to buy them, you would be more careful. Think son, a father say that.

Do you remember, later, when I read in the library and you entered timidly, with a look of persecution? When I looked up from the newspaper, impatient for the interruption, you hesitated at the door.

"What do you want now?" I said sharply.

You answered nothing, but you threw yourself into a stormy career and threw my arms around my neck and you kissed me, and your little arms pressed me with a love that God had made bloom in your heart and that even the carelessness of others can not wear out.

And then you went to sleep, with little noisy steps down the stairs.

Well, son: shortly afterwards, the newspaper fell from my hands and terrible fear entered me. What was the custom doing to me?

The habit of finding defects, of rebuking; This was my reward to you for being a child. It was not that I did not love you; I was expecting too much from you. And measured by the rod of my mature years.

And there is so much of good and beautiful and straight in your character. That little heart of yours is as big as the sun that rises in the hills.

You showed that with your spontaneous impulse to run to kiss me tonight. Nothing else that matters tonight, son. I have reached your bed in the dark, and I have knelt, full of shame.

It is a poor explanation; I know you would not understand these things if I told you when you are awake.

But tomorrow I will be a real daddy. I will be your partner, and I will suffer when you suffer, and I will laugh when you laugh. I will bite my tongue when I am about to utter impatient words. I will do no more than tell myself, as if it were a ritual: "He is not more than a child, a little boy".

I'm afraid I've imagined you man.

But seeing you now, son, curled up, fatigued in your bed, I see that you are still a baby. Yesterday you were in your mother's arms, with her head on your shoulder.

I've asked for too much, too ...

W. Livingston Larned

Instead of censoring people, let's try to understand it. Let's try to imagine why they do what they do.

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Hola, creo que cotidianamente me molesta ver como los padres agreden a sus hijos verbal y físicamente, para que gritarles si puedes razonar con ellos, los niños son eso, niños, para corregirlos se les habla pacientemente, se les da la ayuda que tienen que residir de sus padres, la colaboracion y las buenas vibras, si no se volveran malas persona, un beso y me encanto tu post, sigueme y te sigo, soy nueva, besos,

Estoy de acuerdo contigo @ariannavila, gracias por comentar tu opinión ☺❤

Wao!