SER ADULTO HA SIDO SIN DUDA EL DESEO MAS PENDEJO QUE TUVE DE NIÑO.

A causa de esta imagen que me compartieron en Facebook, me he animado a escribir una muy larga reflexión acerca de este tema que en este mes de abril, mes del niño, viene al caso. Muchos en la niñez deseábamos ser adultos para salir de la abrumadora y muchas veces nociva atmósfera de la escuela, de las órdenes, de las peleas de nuestros padres y de algunos adultos tóxicos en nuestro entorno, tanto ajenos como de nuestra propia familia…¡gran error! … se llega a la adultez y uno se da cuenta de que no se ha disfrutado al 100% esa etapa de la vida debido a su brevedad, y si se ha madurado con un poco de poder de observación y sentido común, uno se da cuenta de que la libertad se quedo en aspiración, es solo una ilusión psicológica implantada por nuestros sistemas educativos. En este mundo somos parcialmente libres, el ser adulto definitivamente te da algunas ventajas y grandes placeres, sin embargo siempre de un modo u otro estaremos bajo reglas y condiciones impuestas por el sistema, por nuestra conveniencia y sobre todo por ideas, educación y tradiciones que nos han sido impuestos desde nuestros primeros años.

El mundo de los adultos está lleno de máscaras, juicio, intereses, ego mal entendido, vicio, materialismo, envidia, deshonestidad, cerrazón y así podríamos continuar con la lista. El estado del adulto es resultado directo de la infancia que tuvimos.

A los niños se les proyecta una imagen equivocada de lo que debe ser un adulto, se les obliga a “respetarlos”, lo cual significa no cuestionar su proceder y acatar sus órdenes, aún cuando el adulto tenga una dudosa conducta respecto a la escala de valores que tanto presume y carezca de calidad moral.

Es bueno que el infante cuestione y ponga en tela de juicio lo que hay en su entorno incluyendo la conducta de los adultos, de este modo en el futuro tendremos un adulto más libre, coherente y menos manipulable que su generación previa. Evidentemente al pequeño hay que darle contestaciones acordes a su edad y a sus conocimientos, no se le puede decir algo más allá de su comprensión, por esta razón debemos recordar nuestra niñez, de esta forma nos pondremos a la altura del infante para tener una mejor comunicación con él, por eso los adultos tenemos que reeducarnos y cambiar el obsoleto concepto de educación que tenemos en América.

A Napoleón Bonaparte le preguntaron, ¿a qué edad se había de empezar a educar a los hijos? y él respondió: “Veinte años antes de que nazcan”, sabias palabras de este hombre, primero tenemos que educarnos a nosotros mismos antes de traer a un niño al mundo.

Un niño es menospreciado por nuestras sociedades aunque abiertamente no se reconozca, se le acorta la infancia hipersexualizandolo, se le somete a tendencias fashionistas ignorando su edad, se le maltrata; nuestros métodos educativos adoctrinan y doman al niño, no lo educa, se abusa de el física y psicológicamente hablando, se le restringe y ridiculiza tanto en la escuela como en casa cuando tiene ideas o talentos que resultan ser demasiado para un adulto convencional y sin embargo les permitimos un excesivo, contaminante y perjudicial contacto con la tv, los videojuegos, y sitios de internet no aptos para niños. En otras tantas ocasiones las parejas en proceso de separación tratan al infante como botín de guerra, trofeo o cheque al portador, los alimentamos mal con comida industrializada y con todo esto es lógico que tengamos escuincles tiranos con terribles traumas y profundos desajustes de comportamiento, y luego algún “profesional de la salud mental nos dice que el niño sufre de hiperactividad o déficit de atención y lo retacan de medicamentos para controlarlo como si de un enfermo mental grave se tratara” evidentemente hay casos que si lo requieren, pero son los menos, la mayoría tiene que ver con el mal manejo que hacemos con los niños. Por otra parte me siento afortunado de conocer a verdaderos profesionales de la salud mental que medicarían a un niño solo en un caso que realmente lo amerite.

Y para terminar el cuadro, la sociedad consiente de modo complaciente la pederastia que radica en escuelas, grupos religiosos y altas esferas de poder, tanto en la política como en el medio del espectáculo, estos a su vez involucrados con grupos delictivos, y por intereses monetarios y de tráfico de influencia hacemos como que nadie ve nada… así de podridos estamos como sociedad y esto es el resultado del mundo de los “adultos”.

La razón para cambiar el modo en que tratamos a un niño radica en que ese niño es una persona que esta reconociendo un nuevo territorio, el infante esta iniciando un viaje, lo último que usted desearía si va a un lugar remoto y desconocido es que alguien se pase de listo, le mal informe y le metan drogas en su comida para después violarle o golpearle, si usted va a un lugar lejano y desconocido necesita de un guía confiable, justamente eso debemos ser los adultos para un niño: una guía 100% confiable coherente y sin máscaras.

Un niño es como un superordenador, pero… depende de nosotros el cómo se programará esa supercomputadora, ya sea con libros de interés, arte, programas de diseño y matemáticas o con pornografía y jueguitos.

Un niño es el colmo de la potencialidad, es un libro en blanco, como decimos en términos musicales, un niño es un acorde en estado fundamental, un niño nace sin miedo, es feliz, no conoce la vergüenza, tiene una imaginación delirante, una insaciable curiosidad, su capacidad de asombro es interminable, por esta razón el niño disfruta más de su entorno, el niño desconoce las palabras “no se puede” “imposible” “no existe”, los peques no entienden de tiempo hasta que los empezamos a adoctrinar, ellos no saben de razas ni mucho menos de religiones, ponga usted juntos a varios niños de diferentes lugares del mundo y le garantizo que en lugar de señalamientos pleitos y juicios adultos tendremos una explosiva fiesta de risas juegos y diversión. Algo genial es que los niños, no abusan, ni aplastan cráneos, ni matan por intereses económicos, para un peque el dinero no es más que un montón de fichas para jugar y los billetes son estampitas. Los niños no buscan imponer su autoridad sobre otros ni presumen de vestir con ropa de marca, ni se deprimen por no tener una alta posición social o por no tener los más nuevos chismes tecnológicos, ni tienen orgullo intelectual… a menos que algún adulto ya haya metido su cucharota contaminando la mente de un pequeño. Otra ventaja del niño es que le es fácil perdonar, olvidar y empezar desde cero, el niño es franco, no tiene máscara, no la necesita, el niño hace lo que quiere, es libre no entiende de reglas recalcitrantes. Además déjenme decirles que los niños son unos consumados artistas plásticos y buenos cantantes, se los digo fundadamente puesto que me dedico al arte y a la educación, modestia aparte soy un buen músico y un buen pintor, créanme dibujar como un niño es todo un arte, es difícil, en el lienzo de un niño todo esta en su lugar y tiene su razón de ser, el maestro Pablo Picasso decía al respecto:

"En aprender a pintar como los pintores del renacimiento tardé unos años; pintar como los niños me llevó toda la vida."

"Todos los niños nacen artistas. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer."

El maestro Picasso fue un hombre con alma de niño, los grandes creadores de la humanidad han sido una feliz fusión de adulto con alma infantil, personas como; diseñadores en diferentes disciplinas, artistas en todos los campos, médicos y maestros con una vocación genuina, escritores, filósofos, chefs, algunos científicos e ingenieros, etcétera, son adultos con alma infantil, el niño por naturaleza es creador y un adulto con alma infantil lo es del mismo modo.
En una faceta más profunda y espiritual, el mismo Jesús en las líneas del evangelio según Mateo (19:14) dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos es el reino de los cielos.
Aclaro que no pertenezco a alguna religión y no es mi intención iniciar una controversia religiosa, solo verteré respetuosamente mi opinión personal acerca de las palabras del Maestro.

Hablar del reino de los cielos es hablar de un estado de paz no condicionado y consciente, en nuestra civilización si hay “paz” está condicionada a no aniquilarse con la contraparte, ya sean personas o estados, situación que no sucedería en el reino de los cielos, este se refiere a un estado de consciencia superior en donde la vida tiene un flujo natural, es decir, no hay leyes artificiales que entorpezcan al ser, ya sean leyes políticas, religiosas o de cualquier índole, en general digamos que es un estado fundamental o natural del ser, tal como es el estado de un niño, por esa razón el Maestro dijo: porque de los que son como éstos es el reino de los cielos.

Si queremos ser buenos adultos debemos conservar esa parte infantil que a la postre nos hará ver la vida como lo que es… un fantástico e irrepetible viaje y no como un suplicio; la adultez nos debe servir para canalizar correctamente ese talento y esa casi infinita fuerza de la cual estamos dotados desde el nacimiento, misma que en estado adulto ignoramos o hemos olvidado por el tipo de formación que recibimos.

A los niños hay que darles una imagen diferente de lo que es un adulto, no con palabras si no con el ejemplo, así evitaremos frases como la que dio pie a esta publicación.
La madurez y el sentido común combinados con la explosiva fuerza del ser fundamental que es un niño, dan como resultado adultos confiables, sin máscaras, equilibrados, de mente abierta y muy creativos desde un punto de vista constructivo, dicho esto y cambiando un poco la frase digo que, “Ser un adulto convencional ha sido sin duda el deseo mas pendejo que tuve de niño”.

“Un adulto con alma de niño es algo que todos deberíamos ser”

Gracias por darte el tiempo de leer este post. Nos vemos en la próxima publicación del HANGAR GARAGE MUSEO DE BRAULIO ARS, el blog para los nostálgicos enamorados del juguete, de la arqueología industrial, el pasado reciente… y en esta ocasión de la critica social a favor de los niños.