El ente

Todas las noches mi sueño es interrumpido entre las 2:50 y 3:20 de la madrugada, despierto repentinamente con la garganta seca, salgo de mi cama y voy a la cocina por un vaso de agua, pero esa noche la rutina cambió. Desperté sin poder moverme, abrí los ojos exaltado y vi mi cuerpo tendido sobre la cama mientras flotaba sobre él, al lado izquierdo de mi cama veo una figura negra en cuclillas mirándome dormir.

Es tan delgado que se evidencian las vértebras de su columna y las costillas, era completamente calvo, tenía dedos largos y huesudos, su desnudez denotaba unos senos flácidos que colgaban hasta su ombligo comprobando que se trataba de una figura femenina.

Desperté del susto y revisé toda la casa mientras sostenía un cuchillo, todo estaba cerrado y no había señales de que alguien entrara a mi casa, al volver a la habitación veo a mi gato mirando fijamente hacia dentro con el lomo erizado, mostrando los colmillos para luego salir corriendo. Sentí un gran temor de volver a la cama así que me quedé afuera bebiendo whisky y fumando como un maldito, envalentonado por los tragos volví a la cama.

Una vez más sentí aquella terrible parálisis del sueño, ese ente estaba allí mirándome con ojos blancos muy abiertos, mostrándome una macabra sonrisa y señalando mis cortinas en llamas. Me había quedado dormido con un cigarrillo encendido, mi cuerpo estaba paralizado, había un terrible olor a carne quemada y humo, sin moverme solo podía mirar aquella criatura del mal disfrutar mi agonía.