Cuando nuestra vida es regida de forma autocentrada, predomina el miedo y las expectativas. Esto nos lleva a experimentar grandes sufrimientos. Si dejamos de pensar en solo en nosotros mismos, y empezamos a actuar para el beneficio los demás, nuestra vida cobra gran sentido. Al trabajar por los demás, nos relajamos y actuamos con firmeza, dejamos por un lado todas las inseguridades. Al cultivar una mente altruista, nosotros también nos vemos beneficiados.

La característica principal de un Bodhisattva, o héroe espiritual, es esta mente altruista que busca el bienestar último de todos los seres, un Bodhisattva es una figura ejemplar de grandes cualidades.

Para nuestro desarrollo personal necesitamos tener un modelo a seguir, alguien que nos inspire y que nos sirva de ejemplo. Cuando somos jóvenes está figura puede ser nuestro padre, un familiar, o incluso, un personaje de un libro o de un programa de televisión. Estas figuras suelen ser una influencia muy fuerte en nuestras vidas, y sin duda tendrá un impacto en nuestra personalidad y en la forma en la que interactuamos con el mundo.

En el budismo también existen estas figuras ejemplares: los Arhats y los Bodhisattvas. Conocer cuáles son las características principales de estos arquetipos nos da gran inspiración y sirven de guía para nuestros ideales, actividades y comportamientos.

El Dalai Lama, para mi es un Bodihsattava en carne y hueso, este hombre realmente encarna las todas las cualidades de un héroe.

fuente de imagen sitio oficial del Dalai Lama

¿Qué es Bodhisattva y un Arhat?

A diferencia de otras religiones, el budismo no se basa en dogmas ni mandamientos. Su fundador, el Buda Shakiamuni, explicó que sus enseñanzas no deben ser aceptadas sólo porque él las dijo. Cada enseñanza debe ser examinada y puesta a prueba y, si estas son realmente de beneficio para la persona, pueden ser aceptadas. Esta postura del budismo, tan abierta y crítica en sí misma, ha permitido que vaya evolucionando con el tiempo.

Dos de las principales ramificaciones del budismo son el Mahayana (el vehículo amplio), y el Hinayana (el vehículo estrecho). El Mahayana es llamado vehículo amplio, pues su meta abarca a todos los seres. Es decir, el practicante Mahayana no solo busca liberarse de su propio sufrimiento, su meta principal es ayudar a todos los seres a liberarse de este sufrimiento causado por las emociones negativas, como el odio, los celos, la arrogancia, entre muchas otras.

El verdadero practicante del budismo Mahayana es llamado un Bodhisattva, quien tiene la intención de iluminarse. La iluminación se refiere al proceso de eliminar por completo la raíz de las emociones negativas. Pero además de la iluminación, la principal intención de un Bodhisattva es desarrollar todo el potencial de su mente para ser de auténtico beneficio a todos los seres.

El practicante del Hinayana, el vehículo estrecho, es llamado Arhat, que significa destructor de enemigos. Estos enemigos son las emociones negativas, y la meta inmediata de un Arhat es erradicar su propio sufrimiento y alcanzar el Nirvana. El Nirvana no es un lugar, es un estado mental en el que un ser se encuentra libre de todo sufrimiento. A pesar de que un Arhat también cultiva la generosidad y el amor bondadoso hacia todos los seres, no lo hace con la misma intensidad y profundidad como lo hace un Bodhisattva.

Un Bodhisattva ha cultivado por completo la intención altruista, está dispuesto a entregar todo, hasta su propia vida, para el beneficio de todos los seres, incluyendo los pequeños insectos. Su amor y compasión por todos los seres es tan basto que su capacidad física y mental se multiplica, así como una madre lucha con todas sus fuerzas para proteger a su hijo.

Las Seis perfecciones

Con el fin de ayudar de forma definitiva a todo los seres, un Bodhisattva se adentra en la práctica de las seis perfecciones:

1. Generosidad (སྦྱིན་པ་, jinpa): cultivar la actitud de dar.
2. Disciplina (ཚུལ་ཁྲིམས་, tsultrim): abstenerse de dañar.
3. Paciencia (བཟོད་པ་, zöpa): la habilidad de no ser perturbado, principalmente por el enojo.
4. Diligencia (བརྩོན་འགྲུས་, tsöndrü): encontrar alegría en lo que es virtuoso, positivo o sano.
5. Concentración meditativa (བསམ་གཏན་, samten): no distraerse, dominiar la mente para enfocarse en un objeto.
6. Sabiduría (ཤེས་རབ་, sherab): la perfecta discriminación de los fenómenos, entender las cosas como realmente son.

El gran sabio Shantideva, un monje del siglo I, escribió la obra Bodhicharyavatara. Adentrándose en el comportamiento del Bodhisattva, su libro se centra en explicar de forma práctica las Seis perfecciones. Bodhicharyavatara es un libro que recomiendo mucho leer. A continuación muestro un verso que tomé de él.

བདག་ནི་མངོན་མེད་རྣམས་ཀྱི་མགོན།
ལམ་ཞུགས་རྣམས་ཀྱི་དེད་དཔོན་དང།
བརྒལ་འདོད་རྣམས་ཀྱི་གྲུ་དང་ནི།
གཟིངས་དང་ཟམ་པ་ཉིད་དུ་གྱུར།

Que yo pueda ser un protector de quienes no lo tienen.
Que pueda ser el guía para quienes entran en el camino.
Para quienes desean cruzar al otro lado,
Que Yo me convierta en su barco, canoa o puente.

Conclusión

Cuando tomamos la firme determinación de abstenernos de ciertas actividades, nuestro comportamiento ético e integridad se fortalecen. Si seguimos el camino del Bodhisattva, nuestras vidas pueden tomar un giro extraordinario que brinda gran beneficio para los demás y para nosotros mismos.

Cultivar una auténtica intención altruista es una tarea muy difícil, pero nos debemos regocijar cada vez que hacemos una pequeña acción libre de egoísmo. Al proponernos practicar las Seis perfecciones en las actividades rutinarias, acostumbramos a nuestra mente a tener una actitud de servicio y desarrollar esta intención altruista.