LA PRÁCTICA HABITUAL DE AYUDAR A LOS DEMÁS COMO MUESTRA DE NUESTRO AGRADECIMIENTO
Centrar la atención en los demás nos puede servir para olvidar un poco los problemas de salud, familiares, profesionales y económicos que afectan tanto nuestra salud mental, espiritual, emocional y física. Ayudar a los demás suele mejorar el ánimo, aumentar el optimismo y nutrirnos con un sentimiento de verdadera gratitud. Ayudar a alguien menos competente puede hacer que apreciemos más nuestras habilidades, nuestros conocimientos, nuestra capacidad y nuestros puntos fuertes.
Los beneficios que se obtienen de quien ayuda y de la persona a quien se ayuda, surge de esa interacción que se produce en cada momento mientras la actividad de ayuda se da. Por tal razón, debemos practicar constantemente esta manera de agradecer, ya que los logros que alcanzamos generalmente no se deben a un trabajo individual, sino que muchas personas están involucradas de una u otra manera.
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