Estoy agotado de la misma merde, todos los días la misma rutina. Bueno no, me equivoco... Cada día hay "algo distinto" en Venezuela. Empecemos por que: Cada día hay más violencia y menos amor entre sus habitantes; cada día que pasa, hay más bandidos y menor cantidad de buenas personas; todos los días te encuentras "algo nuevo" dentro de lo común... Pero bueno, como decía Lavoe, "La calle es una selva de cemento y de fieras salvajes, cómo no...".
A nadie le importa mi vida, eso es seguro -hasta de más está decirlo-, pero es inevitable que les hable un poco de ella. Soy un joven caraqueño, estudiante universitario y trabajador; a diferencia de muchos -y disculpen sí suena egocéntrico-, me defino como un ser pensante, justo, sincero, no arbitrario, etcétera. Cuando era un poco más joven -cinco (5) o seis (6) años atrás-, sólo me dedicaba a "vivir" mi vida, me preocupaba sólo por vacilarme el momento y seguir disfrutando... Así hasta no hace mucho. Tuve bastantes -diría que demasiados- buenos momentos, conocí gente muy genial, tuve los mejores panas -digo tuve porque ya no se encuentran a mi lado, no todos-, disfruté un poco del dinero y sus imperfecciones en aquellos buenos tiempos, no pasaba pálida -como dirían los muchachos de la nueva generación-; en pocas palabras, todo pintaba bien. Se respiraba otro clima, había armonía en el ambiente -pese a la situación que, aunque no era tan grave, afectaba a unos pocos-, había educación entre los habitantes, existían almas nobles y puras; en fin -como suelen decir-, "éramos felices y no lo sabíamos". Hasta hace poco -como dije anteriormente-, disfrutaba de los placeres de la vida en la ciudad de Caracas, hoy en día siento que he envejecido, mentalmente, como ocho (8) o nueve (9) años en este país, no porque "maduré" por mi mismo, sino porque Maduro me hizo "madurar" en cierta forma -OJO, no apoyo ni soy simpatizante de nada de lo que el supra mencionado sujeto hace, ni sus ideales políticos, ni nada que tenga asociación alguna con él- .
Hoy me preocupo por conseguir lugares baratos para comprar comida para toda mi familia -como muchos de los venezolanos-, por rendir los mismos, por no gastar dinero de más, por la seguridad de mis allegados, por trabajar cada día más fuerte para alcanzar mis metas y pare de contar. La vida me cambió desde la llegada de aquel sujeto, mi calidad de vida bajó radicalmente, mis gustos cambiaron -no porque así lo quisiera, claro-, pero algo he aprendido -a duras penas-. Quien se esfuerza por mantenerse de pie y sonriente, es quien persevera; una simple y pequeña buena acción que hagas, cambia el día -y hasta la vida- de una persona; una simple muestra de gracias, logra una gran sonrisa en el rostro de una madre a quien a su hijo han asesinado en esta salvaje ciudad y, que todo lo que hagas tienes que hacerlo porque nace de tus entrañas y sin esperar algo a cambio. Pese a la circunstancia que me toca vivir, he aprendido que la humanidad no está en un título, ni en un cargo laboral, ni mucho menos en la vestimenta que uses; la humanidad va más allá de aquellas distracciones materiales que tengas o puedas obtener en tu vida, es tan simple pero a la vez tan complejo porque ella se encuentra en quien realmente seas, en tus hábitos positivos, en tu educación, en tu cortesía, en lo bueno que seas con tu prójimo y en los buenos deseos que le tengas a los mismos.
Mi vida acá en Venezuela no es tan grata experiencia -no del todo-, he vivido muchas circunstancias que me han llevado a pensar -aunque suene desmedido- en dejar de vivir, en querer dormir y jamás despertar pero, son mis ganas tan desmesuradas de querer surgir, que no me detengo y; que voy lento, pero seguro a conquistar mis metas; a ser cada vez mejor persona, a querer lograr estabilidad emocional entre mis conocidos, en querer extenderle una mano amiga a quienes las necesiten y a apoyar a quienes quieran escucharme o leerme. NO TE RINDAS JAMÁS Y RECUERDA QUE TÚ ERES TU DIOS
Buenas noches.
Escritor: Carlos Cedeño
Fotografías por: José Moreno
Que tal José, vaya me identifico contigo, es triste la decadente situación de Venezuela y que las personas se desprendan de conocer la verdad, no por eso debes desistir de alejarte de la busqueda de virtudes leí que te gusta el hip-hop y de esta forma puedes llegar a el oído de muchos fomentando un buen mensaje, o llevar a las personas a reflexionar me gusta la música de artistas como Lil Supa y la Zaga. Me he acordado de una cita de algún filósofo que no recuerdo su nombre, tal vez presocratico decía más o menos así "las atrocidades que suceden a nuestro alrededor,no sucederían si los hombres justos no las permitieran". Y recuerdo otra, está si la conseguí recuerdo haberla visto por primera vez en en la película de furia de Titanes, dice así : “Las almas de todos los hombres son inmortales, pero las almas de los justos son inmortales y divinas.” Sócrates. Venezuela necesita gente incorruptible, gente que se desprenda de la mentalidad de la agilidad de solo obtener beneficio, lo que llaman coloquialmente "habilidosos" para progresar. A mí parecer existe un déficit de hombres justos, estos deben imponerse ante todo lo corrompido. Saludos te seguir para estar al tanto de lo que publiques...
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