Si bien la familia es el ámbito de mayor influencia en la educación sexual de niños y niñas, el preescolar tiene una responsabilidad fundamental. A veces, constituye un complemento “chiquito” porque las familias están en condiciones de brindar información adecuada y transmitir valores relativos a la sexualidad.
Pero otras, resulta un complemento “enorme” porque las familias no cuentan con estas posibilidades, y tal vez el preescolar sea el único ámbito en el que los niños y niñas reciban estos saberes que son tan importantes para su vida presente y futura.
Existen algunos aspectos a tener en cuenta para seleccionar la información: que los niños tengan posibilidades de entender, transmitírsela adecuadamente y asegurarse de que fue comprendida:
• El desarrollo saludable de la sexualidad de los niños y niñas forma parte de sus derechos humanos, y las personas adultas somos actores insustituibles en este proceso.
• Los niños y niñas suelen tener más información sobre la sexualidad de lo que las personas adultas pensamos. Están en contacto permanente con fuentes de información (los hermanos mayores, la tv, los videojuegos, los cuentos…), pero esta no siempre es adecuada.
En general, los niños requieren de un acompañamiento para comprenderla. Por eso, cuando hacen preguntas, resulta muy importante saber por qué preguntan eso. Así, podemos constatar la información con la que ya cuentan y la fuente de donde la extrajeron. Partir de lo que ellos saben nos da la posibilidad de completar, corregir o confirmar las informaciones que tienen. De esta manera, ellos se quedaran conformes, y además prevendremos el riesgo de confundirlos con el agregado de otros contenidos que no estén en condiciones de entender correctamente.• Los niños y las niñas son naturalmente curiosos, y esa característica no debe ser desaprovechada. Si de la maestra no reciben una respuesta que los conforme, la buscaran en otro ámbito, y es posible que no vuelvan a preguntarle a ella.
• Sin darnos cuenta, muchas veces las personas adultas transmitidos a los niños nuestras propias dificultades para hablar temáticas relativas a la sexualidad. Los perciben que es un tema del que “no debe hablarse” y, aunque no entiendan por qué, tenderán a evitar realizar preguntas, se quedaran con dudas o mitos, y buscaran información en otros ámbitos.
• Es muy raro que los niños no demuestren curiosidad sobre temas relativos a la sexualidad. Sucede que, a veces, las preguntas no son tan claras ni directas. Las maestras, con ayuda del equipo, saben interpretar mejor que nadie este discurso no tan explícito.
• Resulta muy importante que los alumnos sientan que pueden contar con sus maestras cuando tienen dudas o preocupaciones respecto a su sexualidad. Muchas veces ellos elegirán hablarlo con su maestra entes que con alguien de su familia.Abordar el tema de la educación sexual en el preescolar no es algo nuevo. Desde hace muchos años, la educación inicial es tal vez el ámbito de la formal en el cual se trabajan más profundamente algunos aspectos relacionados con la autoestima, el conocimiento del propio cuerpo y la expresión de los sentimientos: pilares fundamentales de la educación sexual. Sin embargo, como todo proceso educativo complejo, se encuentra mediado por la situación socioeconómica, y atravesado por la crisis cultural que sufre nuestro país lo que nos obliga a pensar y repensar constantemente objetivos y metodologías de trabajo.
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