Hoy venía conduciendo, el clima lluvioso, el tiempo inmensamente pensativo,
la carretera se hizo más negra que de siempre...
A lo lejos dos adolescentes tomados de la mano, volví hacia algunos años atrás
y recordé una vivencia lejana pero tierna, recordé mi adolescencia.
Me pregunté ¿Qué me ha hecho más feliz estos años?
El trabajo, los grados,NO, eso han sido satisfacciones momentáneas,
la lluvia estiraba los dedos en el parabrisas sin poder tocarme,
transportándome a aquellos años pasados;
guardados en la bóveda de mis memorias en solitarios recuerdo
y la pregunta tuvo respuesta sin más dilación,
me llevo las manos a mis bolsillos y siguen vacíos,
mi estómago ladra y mi pensamiento sigue igual de ilusionado y romántico,
soñando historias en lo gris de esta tarde,
en esa expresión núbil de un amor de dos adolescentes correteando de la mano bajo la lluvia,
compartiendo entre sus labios lo dulce de un mango de bocado,
sin pensar en el mañana,
ese mañana que ha vuelto hoy tan pesados mis párpados
Mi felicidad ayer sin duda fue la Cenicienta de este hoy,
¿Qué me hace feliz hoy?
Sin miedo puedo decir:
esta sensibilidad hacia los pequeños detalles,
como por ejemplo este de esta tarde y el de la brisa peinando los pajizales,
y el de la lluvia barriendo el polvo y despertando al lago dormido en su baño de vapores de verano
Agradecí mi mirada que ve todo pasar
acumulando y macerando cada recuerdo en mociones, impresiones,razones y sentimientos
como los que recordé esta tarde que vi llover, con la mirada y el amor de siempre
No soy más que un loco enamorado del precioso y divino arte de vivir
en la bisutería de mis vacilantes,frágiles y transitorias memorias.