Todo empieza cuando por fin descubres Easy Rider, una película que cuidadosamente fue mantenida fuera de tu alcance porque ya sabe tu familia como eres, una loca, aventurera, o bueno, que al menos deseas serlo. Cuando sabes que quieres dejarlo todo por ir a conocer el gran mundo, porque sientes que la vida es demasiado larga como para vivirla en un solo lugar.

Y claro, las formas de viajar tradicionales pues no te terminan de convencer: tener que perder tiempo facturando maletas, tener que dejar que tus cosas pasen por rayos X como si tuvieras potencial de ser una delincuente, o tener que pasar en la carretera más horas de las que deberías porque el chofer del autobus necesita cumplir sus horas reglamentarias de descanso. O pagar una fortuna para viajar en tren…

No, tú quieres libertad de verdad, la libertad que se respiraba en los años sesenta, setenta y ochenta (no hablo de cocaína ni de marihuana, aunque algunos las metieron en la ecuación) hablo de moverte de un lado a otro sin ninguna restricción, y el automóvil no te puede dar eso porque es que en estas ciudades de ahora es imposible encontrar aparcamiento…

Entonces como decía, descubres Easy Rider gracias a la canción Born to be Wild que se te aparece, cual destino en tu lista de canciones de Youtube y las ves… Y te enamoras…

Y no, no hablo de los dos actores (que ademas de actuar, dirigieron y escribieron el guión de la película), que ya sé que al menos en su época de gloria estaban guapísimos y hermosos…

¡Hablo de las motos! Las hermosas e increíbles Chopper, o motos cortadas… ¿Cuál es su historia?

Después de la segunda guerra mundial, los soldados estadounidenses aficionados a las motos se quedaron enamorados de la ligereza de las motos europeas, y ya no gustaban de sus motos tan pesadas, llenas de accesorios inutiles, como el parabrisas (WTF?) por lo que decidieron personalizarlas (básicamente cualquier moto a la que se le hace algún cambio es pues una custom, de customize, en inglés)

Primero surgieron las Bobbers, motos a las que se le quitaba todo elemento superfluo hasta que quedasen desnudas y hermosas. Luego a alguien se le ocurrió subir el timón y agrandar la parte delantera, alejando la rueda delantera por lo menos un metro delante del conductor. Esas son las chopper. Modelos hechos por unidad, a pedido, modificadas de una moto existente o creadas desde cero. Increíble época.

Claro luego de eso las compañías no tardaron en sacar sus modelos en serie haciendo que a la gente le de flojera crear sus propias motos, acabando con la magia que supone tener un modelo de moto que es solo tuyo y que no se encontrará en ningún otro sitio.

Y entonces se te va metiendo en la cabeza una locura de idea: Quieres aprender mecánica de motos, con el objetivo de algún día crear o modificar tu moto como se te antoje. Pero claro, surgen los obstáculos: es que es muy difícil, te dicen. es que eres una chica, lamentan. Es que tienes otras cosas que hacer, argumentan.

Pero tu idea, tu visión sigue ahí. Quieres coger tu moto y dar la vuelta al mundo, demostrando que la libertad esta ahí para quien la busca, y parte de ella es viajar como te apetezca.