La Naranja Mecánica: un reflejo del bien y el mal

La Naranja Mecánica es una novela escrita por Anthony Burgess, una crítica a la sociedad que quedó marcada en la gran pantalla gracias al maravilloso trabajo de dirección realizado por Stanley Kubrick.

Ambientada en una Gran Bretaña futurista (para la época de los 70’s, cuando fue hecho el largometraje), el terrible delincuente Alex DeLarge introduce al espectador en su violenta vida, donde desde el inicio te muestran los perturbadores actos delictivos que comete junto a su banda, quienes asesinan y violan personas inocentes por puro placer y diversión.

Alex era peculiar, su lenguaje no era "callejero" ni parecía un delincuente común que viviera en las calles, todo lo contrario. Daba la impresión de un hombre culto, calculador e inteligente, quien de hecho, admiraba la música clásica; era el perfil perfecto de un sociópata, encarnado de forma impecable gracias al trabajo actoral de Malcolim McDowell.

Sin embargo, su situación da un giro al ser capturado durante un asalto, donde la víctima, una mujer adinerada que vivía sola en su hogar, muere por culpa de Alex y su banda. El joven es sentenciado a 14 años de prisión, pero al cumplir los primeros dos años le ofrecen libertad condicional si se somete a un experimento del gobierno llamado “tratamiento Ludovico”, donde se busca crear aversión hacia los actos delictivos, el sexo y todos aquellos elementos que lo llevaban a cumplir sus crímenes, con la esperanza de usarlo en todos los delincuentes y acabar con la violencia.

En temas de musicalización, la película sigue una misma corriente de música clásica, la misma que constantemente escucha su protagonista. Mientras que las escenas son adornadas con colores llamativos que te enfocan en una época modernista y que parece incluso, en ciertos momentos, desentonar con los actos o emociones que llenan el ambiente, creando una relación obvia con la aberración psicológica de los personajes.

La historia es una representación de lo que los diversos problemas sociales y políticos pueden causar en cada individuo, y como, la maldad puede irse apoderando de todos y volviendo a las personas una en contra de la otra, aun cuando esa no era su naturaleza. Alex logra cambiar su forma de ver el mundo gracias al tratamiento, pero el mundo no pudo cambiar la forma de verlo a él, situación que lo lleva a un intento de suicidio.

Tras el incidente, Alex parece haber vuelto a su estado psicológico inicial, pero no llega a exteriorizarlo. Recibe ofertas de trabajo por parte del gobierno, quienes quieren usarlo como un símbolo a su favor, poniéndose así de su lado por cubrir sus intereses.

Al finalizar la película, Alex sonríe a las cámaras de los reporteros en compañía del Primer Ministro, mientras en su mente se imagina teniendo relaciones con una mujer, siendo observado por un grupo de personas y afirma que “definitivamente, estaba curado”.

Puntuacicón Personal: 7/10.