Cervantes Ciencia // Descanso y ciencia para todos. (Parte 2)

Definitivamente, el descanso está lleno de Ciencia. Y es que somos seres vivos embebidos en procesos biológicos, físicos y químicos, que a diario interactúan, incluso con las condiciones externas que nos rodean. El día a día y la rutina generalmente nos llena de estrés: los compromisos, la economía, el computador, los niños, el trabajo, la familia, las compras, la cocina y un sinfín de hechos pueden llegar a alterar incluso nuestro descanso, y, por supuesto, las horas de sueño.

Pues, el descanso se nos presenta como una buena oportunidad para relajarnos y bajar ese ritmo angustiante. Ello, a pesar de que generalmente no se trata de períodos tan largos de tiempo. Según la Ciencia, solo bastan 8 días para que nuestro cuerpo lo agradezca, pues todos nuestros sistemas orgánicos logran equilibrarse y funcionar correctamente en esos cortos períodos de tiempo.

Como individuos biopsicosociales, este tiempo de descanso y esparcimiento fortalece todas nuestras relaciones, pues supone, incluso, una disminución de aquellas hormonas de alerta que, ante situaciones estresantes, podemos generar en grandes cantidades. Es por ello que @tomastonyperez nos escribe un interesante artículo: ¡Descanso y el cuerpo lo sabe!, donde nos muestra parte de los positivos efectos orgánicos que el cese de actividades laborales puede generar en nuestro organismo. ¡No puedes dejar de leerlo!

Nuestra médico, @leonellaforever, nos da, además, unos interesantes tips para relajarnos sin causar daños al cuerpo, e, incluso, aporta algunas recomendaciones importantes si vamos a la playa, la piscina o la montaña. También te recomiendo leer el artículo de @ivymalifred, quien plantea una pregunta para reflexionar: ¿Por qué existimos? Te aseguro que con esas horas libres darás tu mejor respuesta.

En tecnología, @alextorres nos brindará varias recomendaciones para el control parental en momentos de descanso, un tema muy importante cuando tenemos a nuestros niños todo el día en casa y usando lo que más les gusta: ¡La tecnología! En Ingeniería, @delpilar nos habla sobre Ubuntu, un tema cargado de Ciencia y Filosofía.

Te invito a seguir escuchándonos en nuestro podcast de Ciencias e interactuar con nosotros en los comentarios de esta publicación.

Cuando hablamos de descanso nos referimos a un periodo de esparcimiento. Salgamos o no de viaje, la meta es descansar y cambiar la rutina durante un merecido espacio de tiempo. Este receso es un momento fenomenal para replantearnos metas, construir recuerdos y vivir nuevas experiencias; siempre con previsiones para evitar que nuestros mejores días se conviertan en nuestra peor pesadilla.

El cambio de ambiente, temperatura, rutina diaria y hábitos alimenticios a los que estamos expuestos durante el periodo festivo puede afectar nuestro cuerpo de diversas maneras. Las altas temperaturas del verano pueden producir deshidratación que nos genera náuseas, piel seca, irritabilidad, orina oscura, ojos con brillo disminuido o hundidos y apatía.

Hay que tener mucha precaución con estos síntomas, sobre todo cuando se trata de niños y ancianos. Si nos exponemos al sol, es necesario hidratarse cada 20 minutos, utilizar protector solar y cuidar nuestra vista con lentes oscuros con filtro ultravioleta. La humedad propia de las piscinas y playas pueden generarnos pie de atleta (Tinea pedis), infecciones vaginales (sobre todo candidiasis), e infección del oído medio y externo conocida como otitis.

Para disminuir este riesgo, tenemos que evitar permanecer mucho tiempo con el traje baño húmedo, secar adecuadamente cada área de nuestro cuerpo, no caminar descalzos en baños y duchas públicas, mantener las uñas cortas y limpias y, en lo posible, utilizar tapones auditivos y gorro para piscinas.

El cloro de las piscinas puede irritar nuestros ojos y el agua de piscina aumenta el riesgo de conjuntivitis, por tanto es recomendable llevar con nosotros lubricantes oculares para colocar antes y después de salir de la alberca y, de ser posible, utilizar lentes para nadadores. Debemos evitar consumir agua de piscina; aunque esté clorada, esta no es apta para el consumo humano; de esta manera prevenimos infecciones gastrointestinales acompañadas de la temida diarrea.

El sol nos permite fijar la vitamina D para tener huesos más fuertes, mejora el sistema inmune, disminuir la incidencia de enfermedades respiratorias y es altamente gratificante siempre y cuando la exposición sea controlada; de excedernos en en la exposición solar, podemos generar eritema, quemaduras, envejecimiento prematuro y las dos consecuencias más temibles: las cataratas por rayos ultravioleta y el cáncer de piel.

En caso de picaduras de insectos debemos actuar rápidamente, desinfectar la zona con algún antiséptico, colocar crema anti-prurito para evitar el rascado de la zona y, en caso de inflamación, podemos agregar hielo, además de tener un antihistamínico vía oral o inyectable en caso de emergencia.

Si preferimos el frío montañoso para unas vacaciones familiares, debemos tomar en cuenta algunas medidas. El peso de los bolsos durante las excursiones debe ser adecuado. Una persona sana puede caminar llevando un sexto de su peso dentro del morral sin ningún problema. Para excursiones largas, se sugiere que el bolso no pese más de 15 kilos y que dos tercios de dicho peso descanse sobre la cadera para mayor confort. De lo contrario, se pueden generar lesiones lumbares o cervicales.

En caso de caminatas muy empinadas y rocosas, es ideal el empleo de bastones de trekking o senderismo para asegurar la estabilidad durante la marcha. Es frecuente tropezar y generarnos rasguños, esguinces o fracturas según la gravedad de la caída. Los bastones nos ayudan a disminuir este riesgo. Además, en caso de que algún accidente ocurra, debemos tener vendas para inmovilizar, antiséptico para limpiar heridas y analgésicos para disminuir el dolor.

El cambio de temperatura aumenta el riesgo de infecciones respiratorias sobre todo las generadas por influenza, adenovirus y enterovirus. Por último, durante nuestras caminatas debemos prevenir picaduras utilizando repelentes adecuados y quemaduras solares, aplicando protector solar cada media hora aproximadamente, así esté el tiempo nublado, y utilizar ropa fresca que nos proteja la mayor cantidad de piel.

Si el destino turístico es un país desconocido, debemos instruirnos sobre las enfermedades más comunes en dicho lugar y vacunarnos en el caso de ser necesario. Por ejemplo, para visitar Brasil es obligatoria la vacuna de la fiebre amarilla. En países tropicales son frecuentes las enfermedades generadas por vectores como los mosquitos que transmiten dengue, malaria y chikungunya, y por ello debemos utilizar mosquiteros mientras dormimos y repelentes, bien sea en crema, spray o pulseras con protección durante el día.

El manejo de los alimentos debe ser sumamente cuidadoso. Si viajamos a algún destino remoto, lo ideal es comer únicamente alimentos bien cocidos, y tomar agua embotellada. Los alimentos y el agua pueden transmitir infecciones gastrointestinales,sobre todo las virales o las ocasionadas por Echerichia coli y amibiasis, que, aunque no son mortales, pueden arruinarnos varios días de aventura y travesía.

La hepatitis A es transmitida por vía oro-fecal, puede tener un desenlace fatal y se propaga como epidemia que aparece alrededor del mundo de manera periódica. Para prevenirla, debemos vacunarnos contra la hepatitis A, lavarnos las manos frecuentemente y tener una adecuada higiene con los alimentos consumidos.

Cuando viajamos siempre debemos empacar en nuestra maleta un pequeño set de medicamentos necesarios para dar los primeros auxilios en caso de emergencia. Recomiendo siempre llevar con nosotros antipiréticos para casos de fiebre, como el acetaminofén, y antihistamínicos para casos de alergias, como la loratadina o clorotrimeton.

En caso de ardor estomacal, empacar protectores gástricos como omeprazol o ranitidina. Suero Oral, para casos de deshidratación por vómitos o diarrea. Analgésicos para casos de dolor. Antisépticos para heridas. Cremas antibióticas (como la bacitracina) para infecciones externas y crema para quemaduras (como la sulfadiazina de plata).

Si vamos a hacer deportes extremos o exponernos en lugares abiertos con terrenos húmedos o irregulares donde podemos estar en riesgo de caídas, debemos llevar vendas elásticas, gasas estériles y bolsas de frío instantáneo desechables para casos de torceduras, esguinces o fracturas.

Importantísimo, sobre todo si viajamos con niños o adultos mayores, tener a mano los números de emergencia que nos permitan solicitar ayuda oportuna en caso de algún accidente. De viajar a lugares remotos, lo adecuado es contratar un seguro de viajero como medida de previsión en caso de siniestros.

Bienvenidos a Criptotips y Economía, un espacio donde encontrarás información interesante y valiosa con respecto al mundo financiero que hoy está emergiendo gracias al fortalecimiento de la tecnología Blockchain y al auge de las criptomonedas.

En esta oportunidad hablaremos del consumo energético que causa el Bitcoin y el resto de criptomonedas.

La creación de estas monedas, que surgen diariamente, requiere de un poder computacional muy grande, lo cual también se traduce en un consumo eléctrico elevado por parte de los artefactos mineros u ordenadores. Por lo tanto, alrededor del ecosistema completo de las criptomonedas han surgido quejas por parte de la comunidad en cuanto a esta problemática, tildando al Bitcoin como un desastre energético y ambiental. Sin embargo, no existe una manera exacta de poder calcular el consumo energético del Bitcoin, ya que no podemos determinar la cantidad de computadoras o mineros especializados se encuentran funcionando a nivel mundial.

Debemos aceptar el hecho de que se consume una alta cuota eléctrica, la cual, en el transcurso del tiempo, podría ser muy perjudicial para nuestro planeta, pudiendo llegar a acelerar el proceso de “calentamiento global” y el derretimiento de los casquetes polares. El aumento progresivo de la temperatura global causará que el hielo polar se derrita, aumentando a su vez el nivel del mar. Aunado a este problema, debemos también ser conscientes de los bruscos cambios climáticos que están aconteciendo en diversas regiones del mundo como consecuencia de las inconscientes acciones humanas.

Muchas personas que apoyan la Blockchain, y la tecnología disruptiva y descentralizada que la caracteriza, opinan que es un alto costo a pagar con el fin de lograr que los Bancos Centrales en todo el mundo no posean la totalidad del poder en cuanto a la economía de determinada nación. Esto, a mi parecer, es algo muy positivo.

Afortunadamente los dueños de las principales Criptomonedas como Bitcoin o Ethereum están conscientes del problema energético, y saben que mientras se expanda la red se necesitará aún más energía para poder producir estos activos digitales. Por este motivo están llevando a cabo experimentos para que de alguna forma la energía requerida para el avance de la red se utilice de una forma más eficiente. Cabe resaltar que monedas como Ripple y Stellar fueron diseñadas para que la producción y minado de las mismas no requiriera electricidad.

Debemos tener conciencia de nuestras acciones y de cómo pueden afectar el ecosistema donde vivimos. Creo firmemente en la Blockchain, y así como varias monedas encontraron la manera de minar sin consumir energía, eventualmente, las criptomonedas más grandes como Bitcoin y Ethereum encontraran la forma de hacerlo también.