"Si estás leyendo esto es porque me encuentro muerto..." Así comenzaba aquel escrito garabateado en un papel roído por el tiempo. No tengo idea de cuánto tiempo estuvo en este lugar, no tengo idea de cuándo fue escrito; pero, sí estaba seguro que quien lo escribió vivió todo aquello que estoy viviendo yo.
Fuente
Me encontraba en el aeropuerto, el avión tuvo un retraso de una hora. ¿Cómo es posible que suceda eso? ¿qué falta de respeto; sin embargo, ocurrió. Una vez abordado empecé a tener una sensación de malestar, supongo que era la sensación de subirme a un avión y poner mi vida en los brazos de un pájaro mecánico; no obstante, ahí estaba.
Cuando despegó el avión comencé a sentirme un poco más inquieto. Era de noche y, realmente, la sensación de viajar sin ver a donde voy siempre me ha dado agorafobia; pues cerré los ojos, comencé a respirar y a tratar de dormir. Pasado el estrés que genera el despegue del avión me sentí más tranquilo, sin embargo no me fue posible dormir. Durante el viaje y alrededor de unas tres horas del despegue se encendió la alarma visual del cinturón de seguridad. Había cierta turbulencia y a cada momento se intensificaba un poco más. Ya la cosa se estaba haciendo molesta. La tripulación no decía nada; sólo hablar del mal tiempo, cosa que ya lo sentíamos. No quería perder la calma y decidí nuevamente relajarme; pero no la estaba pasando nada bien.
Me dirigí al baño desobedeciendo la alarma, si no lo hacía podía generar un desastre anticipado. No me estaba sintiendo nada bien, luego de estar allí, la situación comenzó a empeorar. Quise salir del baño y ubicarme en mi puesto; pero no me fue posible. Sentí cómo el avión bajó en picada a una velocidad impresionante. No podía soportar esa situación. Me dí cuenta que estábamos en una emergencia aérea, que yo, en vez de estar en mi asiento me encontraba en el baño y me tuve que sostener durísimo del WC para no perder el poco equilibro que me quedaba. Las demás personas comenzaron a gritar y a llorar y fue allí que me sentí morir. El avión siguió bajando y lo único que pude hacer fue esperar el golpe contra la tierra. Jamás olvidaré esa sensación de sentirse próximo a la muerte. Escuché mucho ruido desde afuera, pero era imposible tratar de salir de allí. Escuché por el parlante que haríamos un amerizaje de emergencia y fue allí cuando me di cuenta que ya no tenía tiempo de salir del baño.
El avión viró de muchas formas para reducir el impacto inminente, cuando este vino, ciertamente no teníamos una gran velocidad en comparación con el inicio de la caída en picada, el piloto logró elevar la nariz del avión y sentimos el golpe de las aguas de un lado a otro. Estábamos cayendo en el mar. Por los muchos golpes debido a la planeación del piloto el avió cedió y comenzó a entrar agua por varios lado, según pude escuchar. Salieron disparadas las bombas de oxígeno y muchas personas recibieron golpes muy fuertes. El agua entró por distintos lados y, con el impacto recibí un golpe fuertísimo con el techo del baño. Me di cuenta que el agua comenzó a entrar. Nos encontrábamos boca arriba. Debía abrir la puerta para salir; pero sabía que era cuestión de tiempo para que se inundara completamente el avión.
Cuando logré abrir la puerta del baño, agradecí que la tragedia me hubiera tomado en ese lugar. Habían personas colgadas de sus cinturones de seguridad, muertas por el impacto; otras parecían forcejear para salir de esa situación antes de la inundación. Yo intenté levantar los brazos para ver cómo auxiliar a algunos que estaban vivos aún; sin embargo, el golpe que sufrí en el baño me recordó que el brazo lo tenía mal herido. Tomé uno de los salvavidas que se encontraban sueltos por todo el avión y procedí a salir por una protuberancia gigantesca que se había producido. Se me dificultó mucho salir de allí, pero lo había logrado. El avión se hundía poco a poco y con él una gran cantidad de personas.
Lo primero de que me percaté fue que estaba en medio del océano; por ello, debía conseguir un bote salvavidas. Nadé como pude para mantenerme a flote y me aferraba al salvavidas que había tomado. Como a unos cincuenta metros se encontraba un bote, así que me acerqué poco a poco hasta alcanzarlo. Subí con mucha dificultad y luego me tiré al fondo. Inmediatamente me vine en vómito, producto de toda esa situación. No podría decir cuánto tiempo estuve allí, pero sí sabía que era incapaz de moverme de allí.
Después de haberme recuperado me asomé al borde del bote. Lo que ví me dejó aterrado. El avión había desaparecido de la superficie del agua. Algunos cuerpos se encontraban flotando muy cerca. Intenté visualizar bien para ver si existía alguna persona en las cercanías, pero no vi a nadie con vida. Qué tragedia. Sólo. Eso fue lo que sentí en medio de la noche. Por ir a un sepelio al otro lado del mundo, había conseguido ver muchas personas muertas en semejante tragedia.
Habíamos salido de una tormenta en las nubes, pero se encontraba cerca y se aproximaba hacia mí. Nunca en mi vida había pasado por un tormenta en medio del mar, pero, a juzgar por las películas, no pintaba nada bien. Se comenzaron a agitar las aguas cuando la brisa comenzó a soplar. Las olas se fueron incrementando y poco a poco crecieron de tamaño. Los truenos se oían ya próximos y nuevamente comencé a sentir temor por lo que venía. En una elevación observé una luz artificial de linterna, al bajar comencé a buscar para ver de qué se trataba. Noté que era alguien que flotaba y con mucha dificultad lograba acercarse al bote. Inmediatamente comencé a mover el mismo con unos remos que se encontraban, pero era inútil llegar hasta allá.
Decidí bajar del bote. Necesitaba saber quien sostenía tal linterna. Me di cuenta que no lo había pensado bien. Había actuado por instinto; sin embargo, ya era tarde. Nadé como pude soportando el gran dolor que me causaba la lesión en mi brazo, pero no me di por vencido. Al estar un poco más cerca noté que era una joven. Tendría como unos veinte años. Me acerqué y noté que estaba bastante mal; pero no tenía lesiones importantes, su malestar era producto de la cercanía a la muerte. Debíamos regresar lo antes posible al bote así que comenzamos a nadar juntos hasta éste. Fue una tarea ardua considerando que el mar se encontraba picado, pero vimos que si nos hundíamos cuando venían las olas podíamos evitar alejarnos más del bote.
Luego de varios minutos, cuando ya las fuerzas no nos daban logramos acercarnos al bote y con mayor dificultad lo abordamos. Primero subió ella y luego me ayudó a subir a mí.
Continuará...
we r brothers,we can work together, I like ur post,so,I will help u and u help me @alaminbappy
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Of course, my friend.
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