Soy residente del estado Zulia (Venezuela), uno de los estados declarados en cuarentena por la pandemia de Coronavirus. Desde la madrugada de este lunes 16 de marzo de 2020, entramos oficialmente en cuarentena, decretado por el gobierno Venezolano.

Esta cuarentena restringe la libertad de circulación por el territorio nacional y va más allá, ya que nos conmina a permanecer en nuestros hogares. En teoría entrar y salir del estado Zulia sería casi imposible, pero digo casi imposible ya que somos frontera con muestra vecina Colombia, frontera que esta minada con más de 1.500 trochas (pasos fronterizos ilegales) conocidos y otras tantas más utilizadas por los contrabandistas en su actividad cotidiana. Esta es una frontera viva y caliente, que sin duda pondrá a prueba las fuerzas de seguridad para poder minimizar el paso de personas en el mejor de los casos.

Por otro lado ya está confirmado el cierre total del puente de Maracaibo, principal vía de acceso a la capital Zuliana.
Las estaciones de servicios de gasolina están cerradas desde ya hace varios días, el parque automotor está casi paralizado por falta de combustibles. Entre los rumores que se escuchan es que la poca gasolina que existe está siendo reservada para el ejército y los organismos de orden público, bomberos, salud y protección Civil.
El agua y la energía eléctrica sea convertido en mi mayor preocupación, por la falta y la falla de estos servicios vitales para afrontar esta calamidad pública.
A diferencia de lo que el mundo piensa de Venezuela, los alimentos en estos primeros estadios de la contingencia no son una prioridad, ya que la gran mayoría de los venezolanos hemos aprendido de la crisis económica y política que atraviesa mi país, a proveer. En casi cualquier hogar venezolano es fácil encontrar las alacenas llenas para casos de emergencia, recuerden que somos un país ¡amenazado! para ser invadidos por fuerzas extraterritoriales. En mi caso y en el de muchos de mis vecinos, tenemos existencia para unos treinta días. Sin tomar en cuenta que los expendios de comida todavía están abiertos y bien surtidos.
Las señal de internet está en muy mal estado, las comunicaciones están muy malas, la señal de TV abiertas no están funcionando.
Las redes sociales están llenas de información basura, Hay que sacar la información con pinzas, en momentos que reina la desinformación. Muchos influencie de las redes sociales creen que se las están comiendo, creando y difundiendo falsas informaciones, también hay políticos tratando de calar en la opinión pública, con actitudes que no contribuyen en nada para superar la crisis.
Veo a muchas personas en las redes sociales y en el cotidiano de la ciudad que parecieran no entender la magnitud de este evento. La ultima pandemia fue la gripe Española que cobro la vida de más 50 millones de personas, uno efectúa este comentario y las personas creen que estoy ablando de una película de ciencia ficción.
Por los momentos mis dos hijos adolescentes están relajados, como diríamos en Venezuela. Sera todo un reto para mi mantenerlos en ese estado, hoy todos reunidos al mismo tiempo en casa, izo del día algo contrastante con pequeños tropiezo en la adaptación de un compartir físico y no virtual al que estábamos acostumbrados por la tecnología.

Seguiré escribiendo sobre el acontecer real de las personas que estamos en esta cuarentena, unidos pero separados por una amenaza real que podría ser letal. Para el momento que estaba editando este post, recibí una notificación de una pagina oficial del gobierno (telegran), que se declaraba en cuarentena a toda la república Bolivariana de Venezuela