Carta a nadie

El otro día iba caminando de noche, sólo, por las calles de mi barrio cuando, debajo de una luz, pensé en vos.
Yo sé que no sos feliz, o no tanto cómo te gustaría, pero sé (y espero) que un día lo serás; encontrarás la felicidad buscando o esperando, sentada o caminando, en una copa compartida en un bar o en una mirada desde la otra punta del grupo de amigos la encontrarás.
Entonces la abrazaras y espero que te des cuenta que sos feliz para que lo disfrutes mientras dure, porque no todo dura para siempre, todo se va, y un día se irá y entonces entenderás cuál es el sentido de la vida.