RECUERDA

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Recordar es llevar en tu mente un suceso que te ha marcado en gran forma, ya sea negativa o positivamente. Como es conocido, recordar es volver a pasar por tu corazón una y otra vez trayendo a tu presente tus momentos vívidos con nostalgia y un sin fin de emociones. No obstante, el poder para recordar se basa, en la capacidad de selección en nuestra memoria, es decir, algunos recuerdos pueden simplemente desecharse de nuestro subconsciente y otros pueden quedar realmente grabados en nuestro ser y esto dependerá del poder significativo que tú le des a cada uno de ellos.  

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Cuanta mayor capacidad de recordar tengas, podrás traer más recuerdos malos o buenos que pueden interferir con tu capacidad de razonar y pensar con buen criterio.  

  “Cuando tengo una idea nueva, no se me olvida” Albert Einstein… 

Esto es lógico pues el recuerdo viene siempre de la mano con las emociones; cuando más sea capaz un suceso de afectarte emocionalmente, más probable es que lo lleves grabado en tu memoria y, por ende, suelas recordarlo.

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Ahora bien, recordar eventos trágicos, no es malo, malo es no aprender a vivir con ellos, ya que son capaces de condicionar tu forma de actuar. Tus malos recuerdos son parte de ti, son tu libro de vida.  

La realidad es que aquello que tanto dolor nos causa, puede ser una excelente arma para ser mejor personas y esto se debe a que al regresar atrás, podemos ver todo lo que soportamos, cuando pudimos dar un stop a esos eventos, podemos ver cuán conformistas fuimos, ver el error donde no hubo valor en nuestros sentimientos, o sencillamente podemos ver las cosas buenas que teníamos antes de que eso nos desbalanceara.

El dolor de recordar eventos, es parte de la existencia humana, puede enseñarte a cómo enfrentar tu futuro; poco a poco debería ser cada vez menos traumático con el pasar del tiempo y las otras experiencias que vayan transcurriendo en tu vida, pero debemos estar muy atentos, cuando al volver al pasado te quedas paralizado ante ese evento, pues si eso ocurre, te puede generar un trauma emocional, que ocasiona miedos, angustias, ansiedad, inseguridad y rabias contra todo el que quiera convivir contigo, incluso contigo mismo.  

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  ¿Qué podemos hacer? Pues aquí es donde quería llegar… 

Olvidar los recuerdos dolorosos solo depende de nosotros mismos, tu mente es la única que tiene la capacidad de desecharlos o convertirlos en algo positivo, pero para ello debes:

Primeramente, dejar fluir tus emociones, liberarte, llorar, gritar, ponerte en calma. Reprimir un recuerdo, lo que ocasiona es el efecto contrario. 

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Logra entretener tu mente con otras actividades; evita todo lo que te haga pensar en ese recuerdo, hasta que logres tener un equilibrio o tranquilidad.

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 Entrena tu mente, para que al momento de estar en esa difícil situación donde te invade la ansiedad, puedas tener la capacidad de recordar poderosas vivencias que te hayan pasado, por las cuales valga la pena luchar. 

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Acepta tu pasado, para poder comprender que es lo bueno que mereces en tu vida y solo así podrás rodearte de eso que tanto necesitas para ser feliz.

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Aprende, ya comprendido lo que necesitas en tu vida, te toca aprender a no volver a pasar por esto, a no cometer los mismos errores… como dice mi madre siempre debes ganar algo, aunque hayas perdido todo. 

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Concéntrate en el aquí y el ahora. Perdona, perdona a los demás por lo que te hayan hecho y perdónate a ti, por sufrir tanto por esa situación.

Y por supuesto apóyate en otras personas, hablar de nuestros problemas siempre es una gran ayuda te sorprendería lo reconfortante que es discutir tus eventos con una persona comprensiva que te pueda orientar.

 Así que como suelo decir: Quiérete y siempre Sonríe

Gracias por leerme, besos y bendiciones.