La mejor etapa de mi vida... En el peor momento.

¡Hola, hola! Mis queridos lectores. Espero todos se encuentren bien donde quiera que estén, y que el café que se estén tomando venga cargado de mucha energía, y paz, para seguir disfrutando de lo bonito de esta tarde sabatina que hoy nos acompaña. 

Cómo bien les dije ayer, cuando una idea anda deambulando en mi mente, es humanamente imposible que esta salga de allí. Llevo días pensando en algo que, simplemente, no logro entender pero a la vez no hace falta mucha explicación. Si bien dicen: "Cada quien está en su debido tiempo y momento", algo totalmente cierto, incluso para quienes ya no nos acompañan en este plano terrenal, ya cumplieron su misión aquí en la tierra (duele aceptarlo y cuanto quisiéramos regresar a un ser querido) pero su tarea ya está hecha. Con todo esto voy a la pregunta que me he hecho los últimos meses: ¿por qué nos tocó vivir la mejor etapa de nuestras vidas en la peor situación?

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¡SI! Se supone que es la mejor etapa de nuestras vidas, esa donde tomamos decisiones, buenas y no tan buenas. Unas que nos dan la seguridad de que estamos haciendo las cosas bien, y otras donde nos queda la experiencia, y el aprendizaje de saber las cosas que no debemos repetir. Si, la mejor etapa, donde se supone que disfrutaríamos compartiendo en salidas con nuestros amigos, nuestros familiares o la persona con la que queramos compartir el resto de nuestros días (o al menos así pensamos algunos). Si bien es cierto para nadie es sorpresa la situación actual en mi país: Venezuela, estoy cien por ciento segura de que quienes me lean cuya nacionalidad sea el tricolor que nos cautiva y nos representa, me entenderán. No solo me perturba el hecho de que a la poca edad que tengo, ya pienso en cosas que antes, en la época de nuestros padres y abuelos, ¿qué le iba a importar a un adolescente de 20 años?; aunado a eso, tantas injusticias, una tras otras; y que lo POCO que podemos hacer bien, no lo hacemos. Sino que nos contagiamos de las actitudes que criticamos, y hacemos nuestro trabajo un desastre.

Comprendí entonces que ya el problema no es solo de quienes tienen el poder (o todo el poder) a su favor. Si no de la sociedad, quienes compiten por ser más audaz que el otro, sin importar que tan perjudicial pueda ser para el prójimo lo que estamos haciendo.

Nos olvidados de algo, muy importante...

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En algunas de las clases en los colegios "LOS VALORES HUMANOS" fueron tema de discusión y enseñanza por parte las maestras. Lo veíamos con fastidio, lo cual era normal, a esa edad lo que esperábamos era escuchar sonar el timbre a media mañana para desayunar, compartir y corretear por las áreas permitidas con nuestros compañeros. Y es entonces al transcurrir el tiempo, justo en la etapa que hoy pisamos, que nos damos cuenta lo importantes que son, bien dicen que el es perfecto y a su paso nos da las mejores lecciones.

¿Y EL RESPETO?

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Una mañana me disponía con mi novio a hacer una que otra diligencia, aprovechando el día libre (un lunes para ser precisa). Cuando tomamos el autobús para trasladarnos, todo marchaba aparentemente normal, se escuchaba los murmullos de las quejas de todas las personas en una sola voz, el calor era tedioso y más. No obstante en una de las paradas, se sube una señora de la tercera edad discapacitada, recuerdo usaba bastón ( y tenía un olor muy rico característico de esas abuelitas cuando están recién bañadas); la misma se disponía a hacer uso del asiento que la ruta tiene preparado para todo aquel que sufra de alguna incapacidad. En este momento el autobús entró en tensión, debido a que el puesto ya estaba siendo usado por una mujer, (quizás hasta 40 años menor que la Sra de los cabellos de plata), la cual ignora por completo el petición que le hace la Abuelita de que "por favor" le dé el asiento que por prioridad se merece. El autobús aún no llenaba por completo, eran varios los asientos vacíos, por lo que mientras escuchaba, pensé que la chica lo haría, (al menos eso hubiese hecho yo). Al cabo de par de minutos, todo se alteró: quedé sumamente impresionada con la falta de respeto de esta mujer hacia la Señora; incluso en sus comentarios recalcó que le daba gracias a Dios porque hace tiempo le quitó de su vida a su madre (¡esto fue lo que más me impresionó!); se refería a la señora con lenguaje obsceno y de tan poca clase, ¡sentí pena ajena!, el silencio era incómodo, y quienes intervenían a defender a la Señora, también salían salpicados por insultos por esta "mujer". No tenía cara para ver a la señora, a los demás pasajeros, ¡a mi novio!, simplemente pensaba en lo que yo y sé que muchas personas hubiesen hecho; pensaba en lo triste de esta situación, me daba coraje que ni el chófer intervino en defensa de la señora, ya que esta disputa se llevó a cabo dentro de su unidad de trabajo.

En mi mente pensaba acerca de la gran pérdida de valores que hoy en día tiene nuestra sociedad. No se respetan las edades, ya nadie es cordial, y quienes todavía lo somos tenemos que lidiar día a día con este tipo de situaciones que me tocó vivir. Personas con un currículo extraordinario, infinidades de títulos y certificados en sus paredes, varias medallas que guindan de sus cuellos, y cuando les das un saludo mañanero cómo el típico "Buenos días" ni alzan su voz para responderte, ni voltean su mirada para aunque sea hacer un gesto de agradecimiento. Lo que me lleva a pensar, que no importa la cantidad de profesiones que tengas, mucho menos dinero ni bienes materiales; lo más importante es ser HUMANO y eso es algo que se aprende en casa.
Vivimos en una sociedad donde el irrespeto esta siendo nuestro "pan de cada día", y no solo lo vemos en adultos, ¡niños de poca edad! que tutean a sus mayores, que no incorporan el "por favor y gracias" en su léxico; hasta me he encontrado con niños que te insultan cuando los quieres corregir.

¿QUÉ SOCIEDAD SE ESTÁ FORMANDO?, es lo que día a día retumba en mi mente.

¿Y qué me dicen del amor?

Amor al prójimo. Algo que ya poco vemos, algo que se ha perdido, quizás junto con el resto de los otros valores. Día a día vemos cómo se practican los insultos, el odio; cómo caemos erróneamente en pagar con los demás el mal día que hemos tenido, cada vez estamos llenos de furia e ira, a veces sin saber por qué, buscamos la primer excusa para pagar nuestra rabia con los demás: que si el transporte me dejó, que si no tengo para comprar algo que quiera, y puedo pasar todo un post enumerando estas razones; cada vez somos más intolerante y estamos dispuestos a replicar con lo primero que se nos pase por la mente. Sin saber que aquello que está hecho desde el amor, está bien hecho.

¡Claro que sí! Porque es un tema tan extenso, al cual le damos tan poco valor; los practicamos día a día, consciente o inconscientemente, pero está allí. Una vez más, vuelve la pregunta a mí: ¿por qué la mejor etapa en la peor situación?:

• Peor situación del país
• Peor situación social

Y ahí mismo me respondo: es lo que me tocó vivir, y mientras así sea tengo que extraer lo bueno, y aprender de lo malo. Tratar de ser una mejor persona conmigo misma, con el prójimo, ser mas tolerante (y vaya que me ha costado esta última); estar dispuesta a ayudar y recibir sin nada a cambio. Aprender lo poco o mucho de cada situación. Y disfrutar, disfrutar de la vida y cada oportunidad que me brinda para disfrutarla; por más pequeño que sea el momento, el lugar, disfrutar.

Este post es basado en una experiencia personal, y una de las tantas cosas que pienso cuando me encuentro en situaciones así. Espero mi experiencia pueda servirles a ustedes también, y que se entienda cada palabra que aquí queda plasmada. Para mí es un placer iniciar esta aventura del Steemit, y que ustedes sean parte de ello.

Feliz tarde, hasta un nuevo post.