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Y seguimos corriendo el riesgo de corregir los errores del pasado. Un mundo cambiante e inclemente con la juventud. Está de parte de nosotros, los adultos, recuperar la fe en ellos y motivarlos cada dia. Nuestra educación permite que los jóvenes venezolanos mantengan sus mentes despiertas y atentas a los cambios que las circunstancias plantean, dejarse llevar por el común denominador no es lo apropiado, pensar en sí mismo y en el futuro debe ser la prioridad de la juventud.
<center>YO ME QUEDO EN VENEZUELA </center>
Si de estudios y conocimientos se trata, hablar de LIBERTAD es lo más acertado, nuestros jóvenes gozan de una amplia libertad para decidir su futuro profesional, muchas son las opciones y muchas las universidades. ¿Qué es lo que LIMITA al estudiante venezolano? Esa es la gran pregunta y tal vez hayan variadas respuestas.
Ser profesional, obtener un título ya no sería garantía de calidad de vida en algunos países, es por ello que los jóvenes desisten a temprana edad en continuar carreras que no ofrezcan la posibilidad de vivir bien. Sería mejor entonces aprender un oficio, capacitarse en algún tema de productividad para la familia y para el país.
¿Practicamos un oficio o unas tareas que a la larga traerán desgastes físicos y mentales a nuestros organismos o decidimos ser profesionales, trabajar cómodamente en lo que nos gusta? Aquí se genera la duda y en ese letargo pensamiento se nos va parte de la juvetud, divino tesoro. Es por ello que invito a nuestra juventud a reflexionar sobre sus deseos futuros, sus ambiciones y necesidades. Los invito a conocerse y a conocer a su país, ¿qué me ofrece? ¿qué le doy? Ánimo, que sí se puede.
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Creamos hasta sueños.
Por aquí hoy y hasta siempre:
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