¿Quién se ha llevado mi queso?

Andando un poco perdida de la tecnología pero no de la civilización me encontré con el libro que debí haber leído hace varios años atrás, en realidad no tengo muchos pero siento que he perdido unos cuantos de ellos. Quien se ha llevado mi queso es una de las obras más notables del famoso psicólogo y Dr en medicina Spencer Johnson M.D que narra los hecho que suceden en un laberinto donde 4 personajes ilustran de manera puntual nuestros comportamientos ante los cambios. Para entender la historia tenemos que conocer las características de estos amigos que dejan una gran lección en ese relato:

Los personajes son dos ratones llamados Fisgon que es el experto como su nombre lo indica de fisgonear o husmear prontamente los cambios, y su compañero escurridizo quien se encargar de tomar acciones rápidas cuando llegan los cambios. Por otra parte también están los liliputienses que representan esa parte de cualquier individuo en estado normal como Hem ávido a negarse y resistirse a los cambios por temor a las consecuencias y su amigo Haw quien no reconoce el cambio inmediatamente pero se adapta a el cuándo entiende que este le traerá beneficios.

Esta historia se basa en la búsqueda de aquello que nos hace feliz ya sea un trabajo, una relación, un sueño o cualquier otra cosa que anhelamos; en la historia es un queso especial que nuestros amigos tienen que encontrar para sentirse felices en total plenitud. Desde un punto de partida estos comienzan su búsqueda para encontrar aquello que tanto desean sin pensar que los obstáculos para lograr sus objetivos están en su propia mente. Hem y Haw luego de encontrar el queso fácilmente empezaron a disfrutarlo como cualquier banquete regalado, derrochando queso sin consideración, al punto de mudarse hasta la mina de queso soñada.

Pero de un momento a otro el queso se desapareció de su vista, de su olfato y de su boca. La pregunta del millón fué ¿Quién se ha llevado mi queso? Mientras los ratones Fisgon y Escurridizo salen en busca de más queso Hem y Haw se quedan esperando que el queso vuelva a su lugar sin nada más que hacer. Prontamente entre la angustia y el desespero Haw comprende que también debe salir e invita a su amigo Hem a emprender la búsqueda, salieron a buscar el queso pero sus esfuerzos fueron en vanos las esperanzas se desvanecieron juntamente con las ganas de continuar, Hem no estaba muy contento aun cuando el hambre también lo acechaba no estaba dispuesto a ir más allá de su zona de confort.

Haw tuvo que continuar solo porque su amigo se quedó atrás, y en su aventura descubrió grandes lecciones que lo ayudaron a comprender el porqué del cambio tan radical de su situación, y como reaccionar ante los cambios entendió que si no cambias te puedes extinguir, pero todo no quedo ahí el también sintió miedo en el gran laberinto donde buscaba algo que ni sabría si lo encontraría, luchaba contra el mismo hasta que pensó ¿Qué harías sino tuvieras miedo? Y siguió buscando cuando efectivamente logro encontrar algo; un queso diferente pero no era lo que esperaba viéndolo bien era un queso malo, lo que condujo a una reflexión Olfatea el queso con frecuencia para saber cuándo empieza a enmohecerse Nuestro amigo volvió a sentir miedo al entrar en un depósito de queso vacío, al estar decepcionado se sintió aún más solo y pensó en su amigo Hem pero no se quedó ahí porque volvió nuevamente a recordar que haría si no tuviera miedo y tomo una nueva dirección. Era ágil para aprender así volvió a escribir El movimiento hacia una nueva dirección te ayuda encontrar queso nuevo