Violinista ❤🎻

Todo comenzó cuando sus amigos la animaron a participar en unas clases de música particulares, creyendo no poseer ningún talento se resistía a la idea de intentarlo, hablo con sus padres quienes no hicieron ninguna negativa ante la invitación. Ella nunca supo lo que era cantar, danzar o algo cultural notorio; su negativa provenía de una infancia donde esto no era una prioridad que explotar y nacer en una familia de escasos recursos era una limitante, sin dejar de mencionar la falta de tiempo de los padres para el apoyo en algunas escuelas públicas donde pudo destacarse.

Escuchando a sus amigos decidió dejar a un lado la idea de comenzar en un trabajo de medio tiempo para introducirse en el mundo de la música aprovechando que el costo de las clases que básicamente eran accesibles, comenzó su reto. Las palabras de desaliento comenzaron aflorar -“¿Tu en música? ¿Vamos a ver si terminarás? Empeñada en callar esas bocas desaliñadas tapó sus oídos y contuvo su tristeza para continuar lo que había empezado.

Las primeras clases de teoría fueron divertidas ritmo y solfeo; entre negras, blancas, corcheas, semicorcheas empezó a gustarle mucho lo que veía, el ta taa taaa taaaa fue muy fácil de entender al son de los chasquidos del pulgar y el dedo medio del profesor. El instrumento a elección era el violocello enamorada de las melodías de sus cuerdas, había escuchado que el sonido es muy cercano al de la voz humana, en años anteriores siempre escuchaba unas canciones con el instrumento como acompañamiento, destaco que la letra de estas nunca fueron sus favoritas. (Starway to heaven, Apocalyptica).

Con 2 violines, un cuatro, dos guitarras (una semi-dañada), una flauta y un teclado debían comenzar la faena musical, Como era un grupo de jóvenes que no contaban con instrumentos ni recursos, tuvo que cambiarse al violín ya no tendría que aprenderse la clave de Fa, un poco desmotivada y a la vez aliviada, porque en un futuro tenía que comprar el cello que sobrepasaba en medidas industriales su presupuesto decidió seguir y aprenderse la clave de Sol; no fue difícil a través de una canción charrasqueada con un pequeño cuatro que identificaba las líneas Mi-sol-si-re-fa reversa Fa-re-si-sol-mi, y de los espacios con una melodía más suave Fa-la-do-mi reversa Mi-do-la-fa. Relativamente fácil fue leer las notas en el pentagrama ni ella lo podía creer.

El día de las prácticas con el instrumento llegó, eran seis personas para dos violines debían turnarse. Sostener el arco con el meñique erguido después de mil veces intentarlo fue una gran tarea, para continuar con twinkle, twinkle, litlle star LA LA MI MI FA# FA# MI RE RE DO# DO# SI SI LA,MI MI RE RE DO DO SI MI MI RE RE DO# DO# SI SI. Estrellita donde estas tararearon escasas tardes, el profesor decía que debían sentir la música recalcaba la técnica; no mirarse los dedos de la mano izquierda que presionaban las cuerdas, aflojar las manos, solo mover el antebrazo entre otras.

Después de varios días prosiguieron a Perpetual Motion la presión de los amigos se sentía, sus miradas expectantes la asustaban estaba acostumbrada a sus juicios y críticas. Por otro parte el profesor estaba seguro de que podía hacerlo; acompañándola con un pequeño cuatro practicaba firmemente pero no estaba al nivel de sus amigos, estos se convirtieron en profesores y verdugos, cada vez que ella tomaba el violín sus compañeros cantaban otra canción “Vas a dañar el violín”, ”Cuidado rompes una cuerda son muy costosas”, ”Así no se toca”, ”No te mires las manos”; en fin las miradas fijas del maestro y estas palabras consecuentemente entristecieron a la estudiante de violín, se formó un No puedo en su mente que no la dejó continuar, pensaba que tal vez era la edad o que sencillamente nunca aprendería.

Finalmente la chica no volvió a clases tomó de excusa que no tendría dinero para comprarse un hermoso violín solo podía practicar en las tardes, y ya todos habían adquirido su violín pero ninguno se ofreció a invitarla a su casa para practicar antes de las clases, así que decidió dejar su sueño atrás sus amigos no saben el daño que causaron tal vez no tenían la madurez para entenderlo.