Existen distintas maneras de vivir los afectos, o sea los sentimientos y las emociones que nos provocan las relaciones, porque vivir es sentirse afectado, lo contrario convierte a las personas en seres fríos e insensibles, incapaces de dar y recibir y además, es la mejor manera de quedarse solo.
Está quien se entrega de lleno a un afecto,crea una relación dependiente, se vuelve posesivo y celoso y siempre termina siendo una víctima.
Otros logran una posición intermedia que consiste en dejarse llevar sin especular y atreverse a vivir las experiencias sin temor, aprendiendo a disfrutar de lo bueno. Es el que se atreve a vivir los afectos utilizando su inteligencia emocional y aprovecha todo lo que le pasa para cuestionar su propia conducta y su manera de pensar y así poder corregirse.
La vida es un mar de pruebas que obliga a remar tanto en la calma como en la tempestad y hay que aprender de las crisis para crecer y madurar.
Las dificultades son las mejores oportunidades para cambiar y la actitud positiva ayuda a pensar en el futuro con optimismo y dejar el pasado atrás.
Es el momento dejar de lamentarse como hacen todos los demás porque los malos momentos nos enseñan y si actuamos con inteligencia los podemos transformar.
Hay que distinguir la fantasía del verdadero amor, conectarse con personas que compartan gustos e intereses, que respeten los mismos valores, que amen lo que hacen, que no tengan demasiada carga emocional, historias tortuosas o afectos sin terminar.
Dejen de sufrir y elijan ser felices porque se lo merecen, no se dejen llevar por sus impulsos porque éstos son como caballos desbocados que no saben dónde van; y no permitan que nunca se interrumpa su conexión mente corazón.