En esta ocasión me presento ante ustedes para exponer aquellos hábitos que emplean las personas que han logrado de una u otra manera el éxito o en otras palabras, que llevan de manera efectiva sus vidas, ya que para lograrlo trabajan sobre sí mismas sus conductas, pensamientos y sobre todo la forma de ver el mundo que los rodea. Entendiendo que todas las personas adoptamos hábitos tantos buenos como malos, y que son estos los que nos encaminan en nuestras vidas.
Los mismos comprenden un cambio en los paradigmas y perspectivas de cada una de las personas, y sólo las que realmente se enfoquen y dediquen a dicho cambio, son quienes terminan alcanzándolo. Puesto a que los cambios parten de manera interna y sólo si la persona desea hacerlo, realmente lo podrá lograr. Ya que ese poder que tenemos para cambiar comienza desde adentro, y solo si nos determinamos es que podremos abrir las puertas del cambio.
Partiendo del exitoso libro de “los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” de Stephen R. Covey, el cual como lector y aprendiz de tan gran enseñanza del mismo, les recomiendo sin ningún tipo de crítica. Se hicieron muy conocidos estos mencionados hábitos que personas cuya vida es efectiva emplean. Los mismos conllevan un orden de importancia, pero que sin embargo trabajan en conjunto para lograr esa efectividad total de las personas. Ese orden se divide en dos, los hábitos de la victoria privada (los tres primeros hábitos) y los hábitos de la victoria en público (los tres siguientes) y el último sugiere un aprendizaje continuo de la persona.
El primero de esos 7 hábitos que encontramos es el de la proactividad, el cual no solo comprende el hábito de la responsabilidad, de actuar de forma independiente de todo y de todos ante todas las cosas. Sino que además de tomar iniciativas y de hacer con nuestras acciones que las cosas sucedan, significa que como seres humanos somos completamente responsables de nuestras propias vidas.
La proactividad nos da como seres humanos la habilidad de escoger nuestras respuestas, tenemos la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan, rasgo que nos diferencia de los animales, lo que demuestra que por naturaleza somos proactivos y de que cada una de las conductas que adoptamos son elección propia de nosotros mismos basadas en nuestros valores. La naturaleza de nosotros como seres humanos, consiste en tener la capacidad de actuar por nosotros mismos, no que actúen por nosotros.
Un claro ejemplo de esto, va relacionado con personas que son dueños de sus propios negocios o que poseen un alto cargo en la empresa de alguien más, quienes en su totalidad son proactivas, con iniciativa propia para resolver los problemas que se presenten, capaces de hacer lo necesario y que se convierten en soluciones y no en problemas.
Por otra parte, se distingue de las personas proactivas, las personas totalmente opuestas (reactivas), las primeras llevan su propio clima y no se ven afectadas por los ambientes externos a ellas, por ejemplo el hecho de que caiga un diluvio o brille el sol no les causa ningún tipo de diferencia.
Caso contrario son las personas reactivas, quienes todo tipo de ambiente (social, laboral, cultural) les afecta e influye en su bienestar o comportamiento como por ejemplo: al tratarlas mal actúan a la defensiva, indiferentes. Las personas reactivas lamentablemente construyen sus vidas emocionales en torno a la conducta de los demás, son dependientes de ellos y permite que los defectos de otros controlen su vida.
Mientras que las personas reactivas actúan mediante impulsos, sentimientos o circunstancias afectadas por los ambientes y las condiciones, las personas proactivas por el contrario, dominan esos impulsos a través de sus valores y emplean sus conductas por medio de los mismos, de forma meditada y siempre bien pensadas.
Como observó Eleanor Roosevelt:" nadie puede herirte sin tu consentimiento", de igual forma actúan las personas proactivas quienes entienden que las situaciones y circunstancias que a diario afrontamos en nuestras vidas, solo nos afectan si nosotros lo permitimos, de lo contrario no ocurrirá. Ya que lo que realmente nos causa daño como personas, es el permiso, la respuesta que le damos a los ambientes externos de dañarnos y afectarnos.
Sin embargo, es entendible que somos seres humanos y que en ocasiones pueden existir cosas que físicamente nos dañen o nos perjudiquen económicamente y por lo tanto sintamos dolor, pero es nuestra capacidad de levantarnos y evitar ese dolor lo que nos identifica como proactivos.
Para lograr todo esto, el individuo debe tener un alto grado de madurez, ya que no podemos esperar una gran creatividad, una gran responsabilidad e iniciativa constante de quienes se encuentran emocionalmente dependientes.
Por último y más importante, la proactividad en las personas requiere de mucha iniciativa, no solo para desarrollar este habito sino que para además poder dominar el resto de hábitos necesarios para ser altamente efectivas, los cuales requieren sin duda alguna de los llamados “músculos proactivos”, que son aquellos que le dan movilidad a las personas para actuar por instinto e iniciativa, de esto radica la importancia de la proactividad como primer hábito para alcanzar la efectividad en nuestras vidas.
Espero les haya gustado este pequeño aporte, en la siguiente oportunidad tendremos definiciones, opiniones y desenlaces relacionados con el segundo habito que hace a las personas aún más efectivas.
Esta información la tomaré mucho en cuenta a partir de ahora. Gracias por compartirla. ¡Saludos!
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Gracias a ti por leerme. Saludos.
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