Escribe Nuestra Corresponsal: Dulcinea De Las Moras
El alba, un nuevo día, dejaba lagrimas con la anuencia de las flores alrededor de su hogar. Fernando despertó, un día mas como lo había pedido en un lugar olvidado de Guayabita, sus pulmones ya no eran los mismos en el último tiempo, ni cualquier medicina podía curar su padecimiento.
Con Cada tos, vibraban las montañas, y cada respiro se acercaba el miedo a morir, miraba a su hijo de 10 años, y pensaba la manera en cómo podía enseñarle a ser hombre, sus preguntas – ¿lo veré crecer?- digería esos pensamientos que se lleva al fondo de su pecho mirando al cielo, pidiendo un día más, un día mas.
La mirada triste de su esposa destiñó el relieve tratando de derretir relojes, porque cada hora que pasaba, Fernando con su dolor en una mesa estaba, dejando caer un libro de Umberto Eco que tanto le gustaba.
Faltaban días para la primavera, y cada vez que su hijo le hablaba lograba una sonrisa, abrazarlo y amanecer para poder estar un día mas.
El sol se oculta en aquel lugar, y por los camino se sienten las montañas vibrar, y el viento solo trae palabras que dicen: Un día mas!
Dulcinea De Las Moras
Palabras del General
Estimados amigos: Excelente escrito de nuestra corresponsal estrella que ha llegado a nuestras manos, le hemos dado la posibilidad de expresión y la libertad en su relato, que reflexión nos deja este escrito, el valor por cada dia que vivimos, como podemos desperdiciar en la competencia con los demás, en las palabras de odio y rencor, la falta de tolerancia… Por lo Menos así lo veo yo, Les envió un gran abrazo desde Costa Pobre.