En principio, pienso que no somos idénticos y tu pareja es alguien que está al lado tuyo porque es otro, porque no eres tú mismo, es otro. Y como es otro tiene otra historia y otros aprendizajes, pero además de todo, cuando realmente estas al lado de alguien a quien amas y con alguien que te ama, tu pareja es tu mejor espejo. Tu pareja te ve como tú no eres capaz de verte y puedes encontrarte en su mirada.

Déjame que te ponga un ejemplo:

Tú y yo podemos mirarnos las manos, los pies y demás cosas, pero ¿sabes qué? Es difícil que alguien te reconozca por una mano que aparece por un hendija, lo que te define es tu cara, básicamente hablando. Pero ese rostro nunca lo viste directamente, nunca pudiste mirar tu propia cara con tus propios ojos, necesitaste un espejo, una fotografía, una cámara…

Hay aspectos de tu identidad, de tu persona, que nunca vas a poder ver. Como no puedes ver tu cara, del mismo modo hay cosas tuyas, de tu manera de ser en el mundo, que nunca vas a poder ver.

Y ahora te preguntaras: ¿Cómo sé que mi pareja me está reflejando lo que yo soy y no me está reflejando algo que yo no soy?

Ahora, aparecen dos cosas:

• Este no es el único espejo en el que me miro. Si el espejo este en el que me miro distorsiona mucho, yo me doy cuenta que distorsiona, porque hay otros espejos en lo que también me miro, es decir, cada persona que conozco.

• Estoy en pareja con esta persona porque esta persona es un buen espejo. Nunca estoy en pareja con una persona que es un espejo distorsionado de mí. Y si estoy, la cosa no prospera, la vida no crece, nuestra pareja no evoluciona.

Cuando estoy vinculado desde el amor, el amor hace que ese espejo se vuelva prístino y transparente, exacto. Especialmente si el amor esta puesto al servicio de verse verdaderamente y no de imaginarse.

Entonces, si el otro es un espejo en el que yo me miro, en una alguna discusión que tenemos, posiblemente mi pareja este viendo algo de mí que yo no veo, y entonces lo mejor que puedo hacer es prestar atención a lo que me dice. Con lo cual se llega a una conclusión asombrosa:

En una pareja que discute, ¿Quién es el que tiene que ceder?
¿El que tiene la razón o el que no la tiene?

Si respondiste la primera, pues te digo que no es así.

Te lo digo de verdad, el que sabe que tiene la razón es el primero que tiene que ceder, porque él sabe que tiene la razón. Él sabe que hay algo que el otro no está viendo.

Y esto no es fácil, requiere un nivel de humildad frente a tu pareja que es difícil de conquistar, porque en el juego de la pareja, como en el juego de quien tiene el control remoto, se juega un tema de poder: “Ah, ¿viste yo tenía razón?”

La humildad es esencial, porque el amor no se puede concebir de otro lugar. Si yo quiero ponerme por encima de mi pareja, aunque sea mínimamente, estoy pisoteando el amor que le tengo. Porque el amor nunca se pone por encima, ni por debajo, jamás. El amor es un vínculo entre pares, el amor es un vínculo apoyado en el respeto, en la libertad del otro. Tanto así, que no hay amor si no hay libertad.

La libertad es tu capacidad de elegir sobre ti, sobre tu presente, sobre tu destino…
Si yo pretendo restringir tu libertad porque te amo y tengo miedo de perderte, mi amor es un amor de baja categoría.

Los que estamos entrenados y recibimos la información y la hemos creído de que el amor naturalmente es posesivo, seguramente no podrán dejar que su pareja sea libre, seguramente, pero el amor no es posesivo, lo que es posesivo es la posesividad, que es otra cosa. La posesividad, los celos, no forman parte del amor, forman parte de tus propias inseguridades, en todo caso.

Déjame que te cuente algo:

En la India hay un hongo de colores muy atractivos que se utiliza en la cocina como un condimento, pero es muy venenoso. Ese hongo se pica, se muele, se hace un polvo muy fino, y se usa como un condimento muy específico y muy exquisito para algunas comidas indias. Usado en la pequeña cantidad en la que hay que usarlo, le da un gusto increíble a la comida, no se puede reemplazar con nada. Si el cocinero le pone tan solo un poco más, intoxica, y se le pone mucho de más, te mata, literalmente te mata… Los celos son así.

¿Quién quiere estar al lado de alguien que no quiere estar contigo?
Que absurdo razonamiento seria querer estar con alguien que no me elige.

Entonces, el mundo especialmente el de los hombres, se divide en dos grandes grupos:
Los hombres que quieren ser elegidos una vez y para siempre y los hombres que quieren ser elegidos cada día. Los hombres que quieren ser elegidos cada día, deben entender que nuestra pareja alguna vez pueda mirar a otra persona para volver a elegirnos, ¿Si no como haría para elegirnos?

Y quizás sea duro aceptarlo para aquellas personas que tienen inseguridad, que tengan miedo de que su pareja elija a otra persona. Pero si mi pareja elige a otra persona y con esa persona es con quien va a ser feliz y yo realmente la amo, ¿Qué es lo que debería hacer? ¿Ayudarla a ser feliz, quizás? Respóndeme tú.

Cuando tienes un vínculo amoroso con alguien y después de compartir por un tiempo la vida con ese alguien, esa persona se vuelve el mejor espejo, y si es el mejor espejo, refleja cosas de mí que yo no veo.
Entonces, en una discusión, si yo sé que tengo razón, con convicción, se también que el otro se está equivocando, y entonces lo mejor que puedo hacer en lugar de pelearlo es ver en donde está su error, pero no para mostrárselo, sino para comprenderlo.

"El amor, es una decisión sincera de crear para el ser amado un lugar tan amplio como para que pueda elegir qué hacer con su vida, su cuerpo y sus sentimientos, aunque esa decisión no me agrade ni me incluya"