Reflejo y destrucción.

in spanish •  7 years ago 

                     

                                                             Fuente

Se miró en el espejo.

Y después de mucho tiempo, se dio cuenta que ese reflejo, ya no era suyo.

Era distinta.

Su tez morena se tornó pálida.

Sus dedos eran más huesos, que dedos.

Suspiró.

¿En qué momento se convirtió en eso?

Aquella chica que sonreía al verse, era tan solo un recuerdo.

Los ojos llenos de vida de aquella joven, ahora eran unos ojos turbíos, vacíos que no expresaban ni un sentimiento.

Y si llegasen a expresar alguno, sería odio a sí misma, a lo que veía.

"He cambiado tanto que ya no me reconozco a mí misma".

Dijo, mirándose, y a su vez unas lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas.

Eran tan pesadas, que incluso ella pensaría que era sangre, en vez de gotitas de aguas saladas.

Arden.

¿Por qué arden?

Parpadeó una, dos, tres veces. Perdió la cuenta de cuántas veces lo hizo.

Las lágrimas se convertían en gotas negras conforme descendían que manchaban su vestido largo y blanco.

Una sonrisa venía de su reflejo, pero aquella chica no tenía la sensación de que realmente estaba sonriendo. Más bien, un sentimiento de desesperación, de enojo, se apoderaba de ella. Tenía la sensación de que estaba cayendo en un inmeso agujero. .

Al mirarse en el espejo, aquella joven seguía sonriendo y en el suelo comenzaba a formarse una sombra que poco a poco se convertía en algo más surrealista, pues era como si estuviese flotando en una clase de espacio interminable, hasta infinito podría llamarse.

Ahora no era solo el suelo que se convertía en lo que fuera aquello, sino que las paredes, todo a su alrededor estaba siendo invadido por esa extraña alucinación.

Poco a poco, su cuerpo comenzo a temblar, a su vez aquella extraña sombra empezaba a absorberla, como si se estuviese dibujando en su persona.

Y sintió miedo, gritó, gritó con todas sus fuerzas pero el reflejo seguía sonriendo.

Aquella cosa negra, se estaba consumiendo su cuerpo, aquel cuerpo que le pertenecía y que por mucho que odiase, era suyo, y no de más nadie.

Su cuerpo se estremecía, retorcía, pero en el gran espejo estaba quieto.

Cerró los ojos con fuerza, segura de que aquello que veía, aquello a lo que tanto le tenía miedo, no era real.

Sin embargo esa sensación de que te estuvieran arrebatando el cuerpo, era real. Sentía cómo cada parte de su ser, de sus entrañas, estuvieran siendo jaladas.

Jaladas a un interminable infinito, que podría llamarse incluso soledad.

Entonces internamente rogaba, rogaba de verdad que eso parara. Porque aparte de sentir miedo, dolía y no paraba de llorar, de pedir auxilio.

Pero nadie escuchaba.

Y de la nada, hubo un inmenso silencio, a tal punto que solo alcanzaba escuchar su corazón latir y su respirar.

De un momento a otro, se desplomó en el suelo. Sintió cómo todo de sí tocaba el frío piso, y el sonido entrepitoso de su cuerpo chocando contra la cerámica invadió el lugar.

Abrió los ojos de nuevo, miró a su alrededor y se dio cuenta que estaba sola en su blanca y vacía habitación.

Que lo único de color distinto allí, era ella, era su cuerpo que estaba cubierto de cortadas de distintos tamaños y profundidades.

Que el blanquecino piso, empezaba a ser coloreado por un hermoso charco color carmín.

Pero aún no había caído en cuenta de la realidad, de su realidad, hasta que comenzó a sentir frío, a tal punto que sus labios temblaban con bestialidad. Y que, despacio, su cuerpo entero empezaba a arder tanto que incluso estar en el suelo no era tolerable. Se dio cuenta que la muerte le esperaba, ansiosa, con una bella sonrisa en el rostro al momento en el que a pesar de que quisiera levantarse, su cuerpo pesaba como si tuviese un montón de sacos de papas encima.

Su vista empezaba a nublarse, y lo último que iba a ser capaz de ver sería el rostro de su enfermera favorita vestida de blanco como si fuese un ángel.

En esos pocos segundos, detalló su rostro preocupado, asustado, pero extrañamente se sintió feliz de que eso fuese lo último que logró ver en los segundos restantes que le quedaba de vida.

Entonces, el dolor se desvanecía, y sólo sintió sueño. Mucho sueño.

Suspiró, cerró los ojos con pesadez siendo así atrapada en ese sueño que sería incapaz de despertar.


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Muy bueno, me llenas de orgullo uwu <3.

Aajshjash, gracias, de verdad. <3 ;;

Me hizo recordar cuando pase un año y medio en un trastorno de ansiedad :...( Fue hermoso como haces quelo algo tan horrible suene tan bello. Hermoso.

Gracias! Y mucho ánimo.