Una temporada final que no llegó a ser decepcionante (por poco) y eso es suficiente para que los fans la coloquen como “la mejor de todos los tiempos”. Bueno, algunos… muchos.

Fuera de eso, Netflix se despide de una de sus mejores series, no hay duda; quizá, la mejor que el gigante del streaming ha producido.

Creada por Baran bo Odar y Jantje Friese, una historia que te atrapa desde el primer episodio. El suicidio de un personaje y la desaparición de otro, así inicia todo. ¿Qué? ¿¡Por qué!? ¡Qué carajos!

Tres años atrás, el 1 de Diciembre de 2017, éramos testigos del desmadre que sucede en Winden. Siendo honestos: Una primera temporada buena, una segunda temporada muy buena, y al final, el déjà vu de Game of Thrones a nada de vivirlo nuevamente.

No nos engañemos, episodio por episodio esta última temporada no estuvo a la altura de sus antecesoras. A excepción de “El paraíso”, episodio final de la serie, el resto se puede etiquetar como un relleno de regular a bueno.

Irónicamente, el tema que se maneja principalmente en la serie, jugó en contra: El Tiempo. Lo que significó un tremendo hype con la revelación de otro mundo, terminó siendo un ‘arma de doble filo’.

Pretender hacer en menos de una temporada lo que se hizo en dos, era un hecho que resultaría mal. Mostrar lo suficiente de un nuevo mundo, complementar lo ya visto en 18 episodios y crear un gran desenlace, no se cumplió en su totalidad.

En fin. Da igual. Así como en una saga de películas, a veces hay alguna entrega que queda mal. Sin embargo, hay que destacar también todo lo genial que, si por alguna razón no la han visto, le tienen que dar una oportunidad.

Literal, la respuesta a todo la conocemos minutos antes de que todo se vaya al carajo. Bien ahí.

¿Lo mejor de Dark? Su cast. Cada personaje en esta historia es relevante, y el actor/actriz que interpreta a Jonas, Martha, Mikkel, Noah, etc., lo hacen espectacular. Es más, hasta Gretchen (una perrita) tiene su participación en todo esto de los viajes en el tiempo.

Visualmente una joya. Locaciones que se vuelven icónicas para uno como fanático y en nuestra pupila se queda registrada una paleta de colores característica del ficticio Winden.

El soundtrack lo amarás, y en especial el tema principal, “Goodbye”, no lo sacarás de tu cabeza al menos durante los próximos 33 años.

Ojo en todo momento; en cada escena, en cada frase, en cada viaje en el tiempo. Esa es la clave para entender todo y, a lo mejor, disfrutarla más que un amargado como yo.

… si hoy acabara el mundo, ¿qué deseo pedirían?