La Semana Santa de la del Manto de Flores y el Preso Liberado

Cada primavera, el Sur aflora en la Semana Santa andaluza, un acontecimiento que hunde sus raíces en costumbres ancestrales, ricas manifestaciones culturales, fervor religioso y celebración social sin etiquetas. Un particular paréntesis en la vida de Andalucía, atestado de peculiaridades, leyendas y tradiciones.
En Málaga, por ejemplo, de entre otras muchas, vamos a destacar dos singularidades verdaderamente curiosas:
La Virgen del Manto de Flores y el Preso Liberado -en nombre de Dios-
Los expertos jardineros del Ayuntamiento de Málaga y los más afanados hermanos de la Cofradía de las Penas se esmeran minuciosamente para confeccionar la primera de las maravillas de la Semana Santa de la capital de la Costa del Sol.

Manto Virgen de las Penas. Semana Santa de Málaga 2010

Es este manto de flores más popular en la ciudad que cualquier otro realizado con el terciopelo más fino y el mejor hilo de oro. Alrededor de tres mil quinientos claveles blancos, diez unidades de gladiolos, diez ramos de rosas, trescientos de alhelíes blancos, cien de guirnaldas finas y otras flores cortadas en su plenitud para, una a una, llegar a formar el manto más original de la Semana Santa malagueña. Son muchas horas de minucioso cuidado para que todo esté a punto en el gran momento. El momento de la salida, de la puesta en marcha de la procesión, el Martes Santo, poco antes de las seis de la tarde... Primero, el Cristo de la Agonía. Después, la Virgen de las Penas.

Tronos Cristo de la Agonía y Virgen de las Penas

Desde la céntrica Iglesia de San Julián, la Virgen de las Penas va impregnando el casco histórico de Málaga con el aroma de su manto. Confeccionar el manto con flores se ha convertido, con el paso de los años, en una tradición de gran calado en la Semana Santa de la capital de la Costa del Sol. Su historia es la historia de la pasión de los malagueños por sus tronos.
La Cofradía de las Penas, en un alarde de rapidez, imaginación y ahorro, sustituyó con urgencia el terciopelo del anterior manto incendiado, por flores, más accesibles e igualmente vistosas, para poder procesionar a su Virgen. Pocos años después, la Cofradía se repuso y pudo ya encargar la elaboración de la habitual prenda de terciopelo bordado. Sin embargo, ni los hermanos ni los ciudadanos aceptaron el cambio. El Manto de flores de la Virgen ya había hecho mella en las gentes de Málaga y, desde entonces, la Virgen de las Penas pasea su gloria por la ciudad con su singular manto de flores, cuyo diseño renovado levanta expectación y cariño cada año...

Las Penas en la calle Larios. Málaga

Rostrillo imagen de Las Pens. Semana Santa de Málaga

Aunque el manto de flores de la Virgen es un hecho de gran singularidad, no es lo único excepcional en la Cofradía de las Penas. También lo es la valía de la talla del Cristo de la Agonía...

Talla Cristo de la Agonía, de Fco Buiza. Semana Santa de Málaga

Si el Martes Santo en Málaga huele a flores, el Miércoles Santo de la capital de la Costa del Sol se envuelve en aromas de libertad.
Es otro “milagro” de la Semana Santa en Andalucía: la liberación de un condenado en nombre de Dios. Para contemplar esta segunda singularidad antes había que arremolinarse en la Calle Victoria, desde hace unos años el lugar elegido es la plaza de la Catedral.
Son las siete y media del Miércoles Santo. Desde su casa de hermandad en calle Victoria, la Cofradía de El Rico inicia su marcha por las calles de la ciudad hacia la libertad de un hombre. En estos primeros momentos de la procesión, podemos apreciar la figura de Jesús Nazareno titulado El Rico...

El Rico. Semana Santa de Málaga

Esta imagen tallada por el escultor Navas Parejo en 1939 representa la más antigua estética de la imaginería malagueña:
Tirabuzones de pelo natural, Túnica de cola, Chorreras de encaje y esa espléndida cruz repujada en plata...
Tras el trono barroco de El Rico, la imagen de la Virgen del Amor, obra del imaginero sevillano Dubé de Luque.

La Procesión baja por calle Victoria, pasa junto a la Alcazaba árabe -quizá un mismo dios pero dos religiones distintas se encuentran en la máquina del tiempo- y luego se desvía hasta la Catedral...
Jesús el Rico llega el primero a la Plaza, donde le esperan el protagonista de la excarcelación y millares de malagueños. Al cabo de unos minutos, llega el trono de la Virgen. Entonces, en una difícil maniobra que nos proporciona unos instantes de espectacular tensión, los hombres que portan al Nazareno giran el trono hasta situarlo de cara a la Virgen del Amor. Con las imágenes enfrentadas, las autoridades leen el indulto del Consejo de Ministros que proporciona la libertad al reo...

Acto de liberación del preso. Plaza del Obispo. Málaga

El origen de esta costumbre es bastante antiguo e incierto... Cuentan que, en la primera mitad del siglo XVIII, una epidemia asoló la ciudad, dejando a la Cofradía -ya por aquellos tiempos bastante veterana- sin hombres para procesionar la imagen de El Rico. Al conocer la noticia, un grupo de presos escapó de la cárcel para portar al Nazareno por las calles y, después, volvió a sus celdas. El suceso llegó a oídos del rey Carlos III, quien firmó una pragmática que concede a la Cofradía la Real Gracia de liberar a un preso cada Semana Santa. Y así ocurre desde entonces. La culminación del acto es sobrecogedora: la imagen de Jesús el Rico bendice, literalmente, mediante un resorte mecánico en su brazo derecho, a todos los presentes, que guardan un estremecedor silencio...

Imagen de Jesús El Rico en el momento en que bendice a Málaga

Virgen del Amor. Miércoles Santo malagueño

Una vez terminado el acto, la procesión continúa con un hermano más: el liberado que acompañará al Nazareno hasta la hora de su encierro...
El Rico recorre el Miércoles Santo las calles malagueñas. Las mismas calles que el Martes anterior estaban impregnadas del olor a flores del manto de las Penas. Desde el Domingo de Ramos al de Resurrección, cada día, otras espectaculares imágenes recorren las calles de toda Andalucía. Un entramado de calles al que el Miércoles Santo, en Málaga, impregna el aroma de la libertad...
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