Es un lujo difícilmente explicable que una oyente de un humilde servidor, de lujo también, como la malagueña Ana Sepúlveda -economista y madre que vivió el ahora llamado “bullying” en su propia familia-, te sirva de vector humano para “producirte” una entrevista con alguien como Andrés González Bellido.
Este psicólogo, catedrático e investigador de la universidad de Barcelona ha empeñado su tiempo y esfuerzo en demostrar, con la experimentación de su programa de tutoría entre iguales (TEI) en miles de alumnos de 11 a 16 años, cuánto pueden mejorar las relaciones de los chavales entre sí -y de los chavales con su familia y sus educadores-, incluso su rendimiento escolar, en los centros educativos donde se aplica. Aún simplificando en exceso, podríamos resumir el TEI como el programa que consigue empoderar a un adolescente como “tutor” de los chavales quizá más diversos y susceptibles de ser sujeto de mofa y destrucción personal por sus posibles acosadores. Quizá empoderando, incluso, a esos adolescentes que quizá habrían podido ser los acosadores, pero que terminan siendo líderes en el cuidado de sus tutorizados. Ana y Andrés aprovecharon bien esta semana hablando con distintos responsables de Educación de distintas instituciones públicas. Mi ciudad, Málaga, que tiene vocación últimamente de ser ciudad de muchas cosas, de museos, de cine, de smartcity, etc, podría ser una ciudad TEI. Ojalá todas las ciudades lo fueran...
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