Nótese que la juventud en tiempos de guerra es valiosa
Más que cualquier otra cosa, en relación a su entorno,
Carece de amistades, recurriendo a saludos desconocidos;
En un café del centro, un hola a la cámara y un trago,
Coincidimos más veces de lo pensado.
Temiendo de inescrupulosos malditos carentes de dignidad
Llenamos de valor nuestro pecho
Caminando con placer, con gusto en el paladar,
Saboreando vientos de Altamira y espacios verdes;
Pausando entre líneas del metro,
Dedicándole amor a los repentinos transeúntes,
Luminiscentes entre el gentío,
Añorando entre ambos un hilo de enamorados.
Humeantes los escozores de los pies en la tierra,
Apurados uno tras otro de la procesión
De un domingo en la mañana, un sábado en la tarde hasta Sabas Nieves,
Todo queda en el ayer por media hora,
Difuminando un paisaje rural en la mirada.
Desafiantes ruinas de una colina mal llamada,
Entre amigos un sentido de triunfo inquebrantable.
Dominio público de las calles al ocaso,
Logramos lo increíble,
Deleitamos conciertos recónditos de la oscurana,
Confiando en la suerte del gozo,
Ebrios de libertad momentánea,
Fortalezas dominables con ron y café,
Buscamos amores sin querer,
Chismoseando libros ajenos que tomamos prestados,
Para futuros encuentros,
Aleatorios a pie tropezando en el andén.
Tragos amargos abundan,
Entre tantas despedidas dolorosas repartidas en aviones,
Momentáneas lágrimas y discursos,
Recordados hasta el fin de los tiempos,
En un futuro reencuentro añorado y ansioso.
Regresa un fragmento en besos cariñosos,
Caricias y sonrisas inefables,
En la cara de Nevado el perro,
Multiplicado en patitas deseosas de afecto,
Dispuestas a todo por ello,
Damos lo que tenemos con placer y agasajo.
En los ratos de albedrio,
Descansos acompañados en la grama de la facultad,
Compartiendo minutos entre risas y despejes mentales,
Pensando en una cerveza milagrosa,
Tomamos presagios responsables,
Preguntando la hora corriendo por pasillos,
Llegaremos tarde,
Pero siempre hay tiempo.
Al final del día,
El recuerdo juega para la casa,
Sin salir de aquí,
Vivimos la ciudad tanto como se pueda;
Amigos y despedidas,
Ebriedades y lecturas,
Caminando y huyendo.
Perdonamos los errores contando virtudes,
Y la ciudad nos los agradece.
