Todo era solo sentir
sentir pequeñas cosas; brisa en el cabello, el olor del café recién colado, tierra mojada entre los dedos, y sonrisas vagantes de extraños callejeros.
de pequeñas maravillas, la mía era distinta, era una boca.
La sensación después de un primer beso
sí, sentir. Habría algo mucho más allá después de eso?
quizás los besos, sean solo besos. Pero, y si realmente hay bocas que condenan?
creo fielmente que sí, nunca había sentido que una boca me haría volver al mismo lugar en donde cerré los ojos una y otra vez.
Sobretodo los lunes que eran los días que comenzaba a iluminarme con su mirada, me sostenía juro que me sostenía, eran pequeñas cosas como su sonrisa enternecida con la que me hacía creer que su amor me pertenecía, que era solo mía. Estaba segura de enloquecerme, esta segura de que me hace perder. Hacía tiempo sin considerar a las personas como hogares, sabía que eso no era del todo bueno. Pero es que después de sus brazos entorno a mi, sus muslos presionándome y su boca escupiendo algunas verdades, no supe en que dirección ir, no sabía a donde más mirar.
La vida es tan despreciable algunas veces, que me puso sus labios en la distancia necesaria para detestarla. Eran pequeñas cosas. Era su cabello, sus manos despeinándome, sus ojos mirándome solo a mi y el corazón saliendose, su boca, todo era su boca.
Supongo que todos tenemos una condena, la mía era querer besarla todos los días de mi vida.