Conversando con Lecumberre [Más criollo que las alpargatas].

Escrito de @lecumberre

Desde mi época de estudiante de educación primaria, viví experiencias en las que se realizaban intercambios de regalos, con el objetivo de lograr un compartir robusto y satisfactorio entre los compañeros de clases.

Todos los años, y para el mes de diciembre, las maestras del grupo escolar Rafael Paredes de Las Mercedes del Llano, en la década de 1960, organizaban esta actividad, que creaba emoción y expectativas en todos nosotros.

Sin embargo, y como es natural en los seres humanos, a veces no todos quedaban contentos con lo que recibían por lo que regalaban.

Recuerdo que en 3er. grado, regalé una gallina de las que llaman picatierra, y a mi mamá no le gustó que me dieran una pelota de goma y una moneda de a bolívar. Sin embargo, yo me sentí feliz, sobre todo, con la pelota, la cual agarré para jugar béisbol.

Con los avances del tiempo, la tradición de intercambio de regalos pasó a llamarse el amigo secreto, que al fin y al cabo, era el mismo intercambio de regalos.

La situación era de zozobra cuando uno agarraba el papelito, y aparecía el nombre de alguien con quien se había peleado.pero esa era una de las razones que promovían estos juegos.

Al final, se hacían las paces, y el intercambio de regalos era un éxito, convertido en amigo secreto.

Hasta aquí la sección de hoy, y Electrodo y Lecumberre les aseguran que el intercambio de regalos es más criollo que las alpargatas.

@electrodo y @lecumberre se despiden deseándoles bendiciones de Dios.

Hasta la próxima entrega.

Que Dios bendiga a nuestro país. Saludos de @electrodo y @lecumberre.