El hombre que vivio 21 vidas - Carta no.1

Mi actual nombre es Francisco y estas mis últimas palabras… he vivido alrededor de 21 vidas, que yo recuerde. Pues estoy confinado a nacer siempre en una familia de escasos recursos, en donde soy siempre el segundo de 5 hijos.

 Estoy confinado a crecer en unos de esos pequeños pueblos alejados de la civilización, en donde casi no hay servicios, ni escuelas ni hospitales por lo que nunca recibo educación  y  tengo que ganarme la vida humildemente como obrero, unas veces soy zapatero, otras veces herrero o carpintero. 

Estoy confinado a casarme con una  hermosa pero simple mujer, quien, al igual que yo nunca recibe educación  y con la cual tengo siempre tres hijos, 2 hijos y una hija; que por lo general me condescienden de 5 a 10 nietos y nietas.

Estoy confinado a aspirar una vida de obrero, simple y nada interesante, de la que en realidad no podría quejarme, siempre tuve familia y amor. Pero lo que me atormenta todas las noches, es que, estoy confinado a morir siempre bajo las más deplorables circunstancias. 

Tuberculosis.

Al pasar mis 60 años de edad empiezo a enfermar, por lo que dejo de trabajar y mi esposa empieza a cuidar de mí. 

Mi tiempo de vida varía según los avances médicos de la época pero nunca he tenido el suficiente dinero para tratarme, así que, tiempo después de agonía y sufrimiento, luego de ver como todo mi sistema empieza a dejar de funcionar y a deteriorarse poco a poco… es entonces cuando me retiro para morir en paz, en cama, junto a mi esposa y mi familia como debe ser. 

Esto no me desalienta para nada, pues durante la gran mayoría de mí tiempo de vida no tengo idea alguna de haber tenido otras vidas; pero todos los recuerdos vienen a mí al empeorar. 

Los recuerdos de todas mis vidas anteriores, los recuerdos de todas mis esposas, los recuerdos de todos mis hijos. 

Los recuerdos de todas las personas a las que conocí y de todas las personas que se cruzaron en mi camino. 

Recuerdos de todos mis nombres y de todas mis nacionalidades, recuerdos de todas las cosas por las que he pasado, que me atormentan una y otra vez.

Me doy cuenta de todas las cosas que he vivido… 

He vivido guerras, crisis, dictaduras. He visto pobreza y nobleza, he visto hambre, he visto batallas ganadas y pérdidas, he visto amor y desamor.  He visto vida y he visto muerte. 

Cuando sabes  la verdad, el sabor del café no es el mismo sabor; el calor de tu mujer no es el mismo calor; el canto de las aves no es el mismo canto; el olor del césped no es el mismo olor  y el brillo de la luna no es el mismo brillo. Cuando sabes la verdad tu vida se convierte en la copia de tu otra vida, se convierte en una copia de una copia.

No soy un hombre de ciencia,  ni de fe, pero concluí que… he sido maldecido. Castigado, confinado a vivir siempre la misma vida, y siempre la misma calamidad. 

En la eternidad soy un peón. 

En la eternidad soy un fracaso.

En la eternidad solo hay dolor e inconformidad.

Quiero morir. Ser mortal. Abrazar la paz eterna…

Desearía por lo menos no saber la verdad, desearía por lo menos no ser eterno.