Más sobre la Física Cuántica y los efectos “No Locales” en la vida cotidiana

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Este artículo es la segunda parte del artículo La Física Cuántica y “…no hay distancias para dos corazones que se aman…”

La “No Localización” es una interesante propiedad de las partículas subatómicas que se manifiesta como una “tenebrosa acción a distancia”, según la calificó el propio Albert Einstein; una manifestación de la vinculación entre dos partículas que va más allá del tiempo y el espacio, una unión inmaterial entre dos entidades infinitamente pequeñas.

Armados con el escudo "anti-escépticos" que nos brinda la reiterada comprobación científica de este fenómeno, descubierto por los físicos cuánticos de la primera mitad del siglo XX, podemos disertar sobre sus posibles manifestaciones en el mundo macroscópico, es decir, nuestro mundo, el mundo de las personas de carne y hueso, el mundo donde las distancias se miden en metros, las balanzas miden en kilos y la felicidad (de algunos) se mide en dólares…

¿Nunca conocieron hermanos gemelos que, de manera inexplicable, uno de ellos sentía el malestar o bienestar del otro, aún cuando estuvieran separados geográficamente? ¿Nunca escucharon la historia de una madre que, bajo una inexplicable pero poderosa corazonada, siente y sabe que su hijo está padeciendo en un lugar lejano al que ella se encuentra? ¿Jamás alguno de ustedes tuvo un sueño premonitorio sobre algún evento que, horas o días despues, corroboran que sucedió “casi” como lo que vivieron en su sueño? ¿Alguna vez tuvieron un sueño en la que un ser querido, recientemente fallecido, les habla y lo sienten tan vívidamente que dudan si están en vigilia o en descanso?

No tenemos manera de plantear una teoría científicamente fundamentada para decir que dichas experiencias sean efectos “no locales”, pero lo que si podemos decir con toda seguridad es que, dada la luz que nos brinda la física cuántica, dichas experiencias ya no las vemos como “milagros” o eventos “sobrenaturales”; o peor aún, definirlos como “delirios” o como “alucianaciones” de los protagonistas. Bajo el amparo de la física cuántica, dichas experiencias son tan naturales como lo puede ser una pared de 2 metros de alto, un perro de 20 kilos, o una cuenta bancaria con $0.

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