💑 La hija de mi jefe - Historia corta - Parte III 👩

Nunca quise trabajar en la empresa de mi madre, ¿Por qué no podía seguir disfrutando de mi tiempo entre la casa de la cabaña y el pent-house de la ciudad? Tal vez ya sea hora de madurar, de involucrarme en los negocios de la familia, para que el día en que me quede sola pueda mantener esta compañía que tanto significa para mi madre, aunque nunca me he llevado bien con ella, sé lo mucho que le significa que para ella que yo me empiece a involucrar con estos asunto de inmobiliarias y bienes raíces, aunque detrás de todo no lo sé.
Mañana tendré que acompañarla a la empresa. Esta noche quiero romper un poco la rutina para llegar con mi cabeza despejada de todo ese tema y esperar lo mejor. Siempre he visto esos ambientes de oficinas claustrofóbicos y encerrados como el peor estilo de vida que alguien pueda elegir, no sé cómo alguien puede aguantar tanto tiempo en un ritmo de trabajo que va devorando las energías lentamente. Pero en fin solo tendré que supervisarlos y si mal no recuerdo mi madre me dijo que voy a tener ayuda de un asistente, espero que no sea de esos robots lame suelas que se desviven como perros falderos por cumplir las órdenes tan solo por intentar llegar a presumir con sus compañeros; esa no es la manera de salir de la mediocridad.
—Hola querida, ¿por qué no me contestabas el teléfono? Te llevo llamando horas y horas
—Eras tu Susana, lo lamento mucho pero estaba tan perdida en mis pensamientos que no quería hablar con nadie, no creí que el tiempo pasara tan rápido y mira ya la hora que es, santo cielo, ¿tienes todo preparado para esta noche?
—Más que preparado amiga, ya hable con los muchachos y nos esperan en el club dentro de 25
minutos.

—Por qué no pueden venir por nosotras, ya definitivamente no existen caballeros.
—Mira las tonterías que estás diciendo, si no te conociera, creería que hablas en serio.
—Esta noche necesito sentirme libre de todos, lo de caballeros es tan solo para evitarnos el pagar el transporte hasta la ciudad.
—Esta sí es mi amiga, pero no te preocupes, desde mañana trabajaras para tu madre y algo habrá de pagarte.
—No hablemos de eso, y veme en el recibidor en 5 minutos que ya estoy casi lista.
—ya te estoy esperando aquí. ¿Por qué no me habías dicho que habían cambiado de persona?, ese recepcionista se ve muy guapo. Que te parece si pasamos por donde Michael para poner un poco de picante a esta noche.
—Sí, no me importará acompañarte donde tu traficante de confianza.
–Que aburrida eres, solo porque te deje abandonada en lo que parecía una sobredosis, no quiere decir que dejemos de ser amigas.
—Te debo muchos favores como para que tomarme demasiado en serio el que me hayas abandonado aquella vez.
—Por eso te amo mi chiquita preciosa. ¡Ah, ya te veo!
Susana se abalanzó sobre ella sin importar arrugar sus costosa chaqueta de diseñador que había traído en su último viaje a parís.

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Fuentes Imágenes

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