Ana (la cruda realidad)

Ella es Ana, su apellido… el dolor. Su inocencia la condenó, confiando en Juan y el fallo. Le atropellaron la vida, la sonrisa de Ana se la arrancaron sin preguntar. Juan cortó la alegría y marcó su vida, por un deseo que no controlo.
Ana una niña, Juan un adolescente sin piedad, que culpa tenia ella para que le causara tanta maldad?.

Ana inocente, mirada triste sin preguntar porque Juan escogió acabar su niñez y luego escapar.
Nunca se hizo justicia, Juan aún sigue en libertad pero ella sabe que desde ese día hasta hoy él no ha tenido paz.
Ramón, excelente hermano que siempre de su hermana cuido, pero ese día que sola a Ana dejó Juan abusó de su timidez, sin importarle que era una niña… nada lo pudo parar.
Preguntar porqué… no existe respuesta a lo que no debió suceder. Callar el dolor que ese día se causo, ha sido el peor dolor para Ana una niña, hoy ve pasar los años que el silencio derrumbo y no olvida ese ayer.

Juan daño a su hermana y se refugia en el alcohol, lo persigue la culpa, esa de la que un día huyo haciendo creer que partió por celos a su hermano menor.

Hoy Ana a crecido, dejó de ser la niña que cualquiera quería causarle dolor, ve a Juan con lástima al saber que él nunca fue hombre ni un hermano en quien creer, porque solo fue un cobarde que de ella abuso.

Ana y Juan dos hermanos marcados… Ana por el dolor al vivir con temor a que un hombre a ella se pueda acercar.
Juan nunca reconoció su mal error, se esconde en el vicio que es su perdición, llora por la culpa que sigue sus pasos sin encontrar su propio perdón.
Su delito no lo acepta, aunque en sueños ve a su hermana preguntarle... porque todo esto sucedió?, en vez de causarle dolor debió ser su protector.
No te escondas en tu propia oscuridad, pasan los años y sigues siendo el vil cobarde que un día su propia vida acabó.
Ana hoy sigue adelante con recuerdos que nunca se borraran, ella ya no es la misma aunque aparente felicidad.
Ella trata de llevar su vida con normalidad, aunque no puede entender lo que Juan un día le hizo y se justifica al decir que era un muchacho con ganas de disfrutar.

Ana le grita a él: “te equivocaste al elegir, tu error te destruye, porque sigues sin perdonarte y menos sentir valentía para a la cara mirarme”.
Tu solo escogiste lo que hoy sucede, hombre en soledad y esconde su verdadera realidad.

Gracias a ti, Ana dejó de ser lo que hoy nadie ve o simplemente quieren ignorar para no preguntar lo que muchos llaman pecado o el peor error, que a ella le da felicidad.

Escrito por: Iris Ramirez (elsilenciohabla)