De acuerdo con un viejo chiste, el neurótico sabe que 3 y 3 son 6 y se preocupa por ello; en cambio, un psicótico sabe que 3 y 3 son 7 y esto lo hace feliz. La psicosis, sin embargo, no es un asunto que puede tomarse a broma, puesto que constituye una desviación patológica intensa mucho mayor que la neurosis. Los psicóticos pierden el contacto con la realidad a medida que interpretan sus fantasías y, generalmente, están desprovisto de emociones y se muestran desorientados y dubitativos. Puesto que no diferencian bien su realidad subjetiva de la realidad objetiva que les rodea, no comprenden que su conducta es cuanto menos extraña.
Una psicosis no es simplemente una extensión de una enfermedad neurótica. De hecho, los neuróticos no se convierten generalmente en psicóticos. Por el contrario, la linea divisoria entre los dos esta claramente definida.
Existen dos categorías principales de psicosis: Las orgánicas y las funcionales. Si una reacción psicótica se debe a un problema físico, tal como una lesión cerebral o un desequilibrio bioquímico, se denomina psicosis orgánica. Por el contrario, las psicosis funcionales tiene sus raíces en la alteración de la conducta. Las psicosis funcionales incluyen tres estados psicóticos bien conocidos: Las reacciones paranoides, las reacciones afectivas y las reacciones Esquizofrenicas.