Te enamoraste de una mujer libre
Te enamoraste de aquella inmensidad de mujer, de aquel verso que derramaba su cuerpo, aclamando ser deseada. Sin duda quedaste atado a esas cadenas de encanto y dulzura que despilfarraba su mirada al verla volar sin detenimiento por la vida.
Te enamoraste de su libertad, sus encantos, sus caricias y de sus ganas de vivir la vida como águila hambrienta de sabiduría e incertidumbre.
Y no cabe duda que te enamoraste de su clamor por romper las cadenas que la tenían atada a sus raíces, que no era más que un estallido en aquella bomba de tiempo llamada vida.
No esta demás en decir que te convertiste en su fiel servidor y amante, en aquel hombre que con solo mirarla ya quedaba incrustado en tu piel su sincera forma de observarte y tú, sin poder pedir clemencia ante sus caprichos. Solo tú sabes lo que significa quedar anclado ante sus ojos y no poder despertar de ese insomnio profundo.
Y pues claro, te enamoraste de su sonrisa y de su boca, de la forma en como conjugaba su cuerpo en armonía con su cintura y sus piernas claro, en como desbordaba su manantial de caricias por tu cuerpo, haciéndote excitar de manera tan sustancial.
Pero nunca pudiste evitar que ella dejara de volar, que dejara de ser lo que ella es, una mujer aferrada a sus ideales, con ganas de conquistar la vida sin importar que tú estuvieras amarrado a ella.
Y sí, fue su manera de ver la vida la que te hizo enamorarte de ella... Cuyos ideales fueron arrastrarte hacia el abismo y envolverte entre sus brazos para luego dejarte caer desde tan alto.
Imagen de mi autoria, dibujada por mi persona.