Mi Dulce dieciséis
Dulces dieciséis un infernal planeta prisión donde los criminales tendrían un destino peor que la muerte. Conformado por dieciséis sectores cada uno peor que el anterior. De allí su repugnante nombre. Se dice que pocos son los prisioneros que han escapado.
En esta prisión no tenemos ninguna protección todos seremos torturados hasta finalizar nuestra condena. La voz gruesa resuena mientras los prisioneros intentan no escuchar la molesta y desagradable voz.
Normalmente lo ignoraria, pero el humano a mi lado esta tan aterrado que se orino junto a mí.
¡Puedes callarte de una maldita vez! Hablo, mientras señalo al humano lleno de sus propios fluidos corporales.Grito al Blogod quien no ha parado de hablar en todo el viaje.
Los Blogod son una raza bastante peculiar son altos de casi dos metros y medio de altura, gordos, con verrugas por todo su cuerpo y su piel color amarillenta no ayuda a mejorar su apariencia.
El Blogod voltea molesto. Oh, que palabras tan atrevidas para venir de un asqueroso traidor Madjar. Si te llenas de sus porquerías no es mi problema.
Los Madjar somos muy parecidos a los humanos a diferencia de nuestro color de piel grisáceo y nuestro cuerpo el cual posee mejor capacidad física y adaptabilidad a los entornos.
Una descarga eléctrica nos golpea, uno de los guardias nos ordena hacer silencio.
La nave desciende en una estación espacial que órbita alrededor del planeta. Somos llevados hasta el juzgado. Las sentencias son rápidas, sin abogados ni trámites aburridos. Solo tú, el juez y los testigos quienes toman parte junto al juez para escoger tu sentencia.
Rejor , especie Blogod. Es condenado de por vida por sus crímenes. Sector cuatro, La Tribuna del torturador . Su rostro palidecio y en un ultimo intento desesperado intento tomar el arma de uno de sus guardias pero fue sometido violenta y rápidamente.
Peter Kelly, especie Humano. Por sus crímenes es condenado de por vida. Sector ocho, La Montaña del Profanador. Los gritos del humano desgarrarían a cualquiera que los escuchara pero es muy sencillo las sentencias son impuestas en relación a los crímenes cometidos. En el caso del humano, es un violador y su destino será peor que el de sus víctimas.
Doy un paso al frente y veo al juez, no pido clemencia, ni doy palabras de arrepentimiento, mi orgullo de soldado me lo impide. Recuerdo cada una de las vidas que cegué. Todo a favor de mi gobierno, simples órdenes. Y cuando ya no fui de utilidad fui traicionado por mis compañeros de armas y abandonado a mi suerte por mi propia gente.
Vadyos Klay, especie Madjar. Por sus crímenes es sentenciado de por vida. Sector dos, El Valle del cazador. Cierro mis ojos lamentando mi destino, traicionado por mis compañeros y ahora seré una presa de cacería por el resto de mis días. Doy un último saludo a al juez antes de retirarme.
Sin embargo... Habla el juez nuevamente. Debido a una petición de clemencia de su gobierno se le condena al sector dieciséis, la sala de ejecución a esperar por el final de su vida con inyección letal.
La puerta a mi espalda se abre y veo entrar al siguiente grupo, mis antiguos compañeros todos con rostros sombríos.
No puedo contener la risa. Mi dulce dieciséis –Hablo en voz alta - Tal parece que mi destino no es tan malo después de todo. Señalando a los guardias mis antiguos compañeros.
Una pequeña historia con un titulo bastante peculiar. La inspiración llego de la pagina Writers Write
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Hasta la próxima historia.
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