Buen día comunidad steemit hoy traigo un post lleno de inspiración, uno de esos donde el corazón y alma de un escritor hablan. Todos sabemos que estamos hechos de historia y esas historias siempre se quedan guardada en nosotros, es algo como cuando el mar guarda las mejores perlas en su profundidad, no importa el peligro que corra, pero ese mar siempre producirá perlas hermosas. "Coloquen toda su atención porque lo que les vengo a contar en esta serie de post que voy hacer es la historia de mi vida"
He nacido, nací un martes a las 23:58h, así me lo contaron y así lo creo. Aquellas mujeres que atendieron el parto de aquella mujer a la cual llamé mamá solo por unos ocho años de mi vida, ya que sin tener plena conciencia de su amor, cerro los ojos de este mundo. Recuerdo bien la hora, porque decían para aquellos tiempos que quién nacía de noche, era una persona que estaba destinada a la soledad y al sufrimiento.
Y señalo esto con veracidad, debido a la soledad que hoy se produce en mi, y a veces la soledad se convierte en sufrimiento, es fácil decirlo pero vivir bajo estas consecuencias es ensordecedor. Tengo vagos recuerdos de mi madre, era una mujer que hasta hace poco fue que me enteré que murió de una fiebre muy alta. Siempre fue una mujer dura, el destino y el estilo de vida de mi padre, la enseñaron que toda mujer tiene que tener voluntad de roble. Mi padre cerró los ojos cinco meses antes de yo nacer, era un hombre como yo.
Mi madre siempre que me veía al rostro decía, - "Esta criatura es idéntico a su padre" - No sé si lo decía de buena gana, pero lo cierto es que cada vez que quería recordar al hombre que me engendró me miraba al espejo sin parpadear, tocando mis propias mejillas.
Dentro de nuestra casa hay una biblioteca muy grande, siempre me llamaron la atención los libros, pero esto era porque era un arquetipo perfecto de lo que era mi padre. Él también era un amante al conocimiento y la sabiduría. Mi madre siempre habló bien de mi padre, entre mis memorias tengo presente un día en la vieja estaba enferma, y me dijo - "David, sé un hombre como tu padre, pero ama a una sola mujer" - Su voz sonó granulosa, pero las peripecias que había vivido mi madre, las llevó a pronunciarme esas palabras.
Cuando tenía siete años, hubo un hecho muy impactante en mi vida, pues la hermana mayor de mi mamá fui a vivir en la casa, era un mujer alta y blanca, cabello castaño, labios gruesos pero bien pintados, usaba un vestidos, y por las tardes siempre tomaba té. Escuché un día que ella venía de Europa, por eso sus atuendos y su estampa. Su esposo había muerto ya que era 30 años mayor que ella. El hecho fue que al llegar mi tía se encerró en el cuarto con mi mamá, yo en mis aventuras de espías como infante escuché la voz de mi madre diciendo - "Te mandé a buscar, porque necesito a alguien que se haga cargo de Luis" - Y luego de esas palabras una fuerte tos.
Al año mi madre muere, mi tía siempre fue una mujer dura, su nombre era María Eugenia, sus métodos de enseñanzas eran lleno de intelecto y frialdad, sino fuera un humana podría decir que ella no poseía sentimientos, de su parte nunca sentí un abrazo, o un beso en la frente, tampoco puedo decir que me maltrató, pero todo niño siempre necesita de ese amor maternal el cual yo nunca recibí.
Su intención fue criarme bajo la influencia de ser un estudiante sobresaliente. Cosa que logró con mucho esfuerzo, siempre me decía que mi padre fue alguien que a pesar de sus aventuras eróticas, vivió en soledad. Me dijo esto tomando un libro de nuestra biblioteca, que puso en mis manos, el libro era "Así habló Zaratustra" - "diciendo este era el libro favorito de tu padre. Lee sobre él y analiza."
El libro fue como un diamante entre mis manos, el solitario Zaratustra y yo éramos uno. Zaratustra tenía su serpiente y águila, en cambio yo tenía a mi tía que era una representación perfecta de ambos animales, tanto de la serpiente como del águila. La astucia y el orgullo era lo que podía describir una mujer de su estampa. La firmeza con que decía las cosas ponía a temblar la voluntad de cualquiera, un día asomado desde mi ventana, observé como le hablaba a la mujer de servicio, su voz parecía la de un dragón contra la voluntad de un ratón. A decir verdad no sentí compasión por aquella mujer, ya que mi tía era la que me influenciaba.
Cuando cumplí los 10 años, me hizo una fiesta con todas las personas de la alta clase de la sociedad, niños rectos y frios, sin ganas de aventurarse al lodo, o a ensuciarse con cualquier otra cosa. Nunca me sentí motivado hablar con ninguno de esos niños tan extraños, al contrario me alejé de ellos con solo verlos.
Pero dentro de ese cumpleaños había una niña, morena y de cabello ondulado con una fisionomía angelical. Esa niña alteró todos mis sentidos, por ella perdí el hilo de mi próxima lectura.
Recuerdo que escribí un poema con solo ver sus ojos, siempre lo llevo conmigo en el bolsillo, lo escribí en esa antigua máquina de escribir que era de mi padre.
Al ver tus ojos amada golondrina mi vida está a tus rodillas; Golondrina vuela, vuela, vuela pero llévame en tus alas. Sácame de este mundo frío en el que vivo. Me pregunto de que manera llega el amor. La respuesta está en tus ojos, amada, amada de mi corazón, solo soy un niño, y tu una niña pero he soportado la soledad y estoy dispuesta a esperar tu aleteo cerca de mi vida. ¡Te esperaré!
Yo y mis dramas, es un poco cómico, pero yo la amo a ella, en esta reminiscencia de mi vida, aquella tía y mi golondrina son lo principal que viven en mi mente. Aunque nunca conocí el nombre de esa niña que hoy es una mujer, como dice ese poema, la esperaré. Hoy la soledad me sigue enseñando. Pero cada acto que ocurre será estampado en mi mente.
"No sabía que imagen colocar, pero como son reminiscencia coloco una imagen con mi color favorito.