Evangelio según san |
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
as ¿a quién diré que es semejante esta generación? Semejante es a unos muchachos que están sentados en la plaza, y gritando a sus iguales. Dicen: Os cantamos, y no bailasteis: lloramos, y no plañisteis¹.
Porque vino Juan, que ni comía, ni bebía, y dicen²: Demonio tiene.
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre glotón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores³.
Mas la sabiduría ha sido justificada por sus hijos.
¹ Esto parece tener alusión a alguna canción popular, o juego de muchachos, que se usase entonces. (plañir: gemir y llorar, sollozando o clamando. DRAE.)
² Los escribas y fariseos principalmente (Lc vii. 30)
³ Estas dos proposiciones son una explicación de lo que antes les había dicho por medio de una parábola. Les da a entender que no había omitido medio alguno para atraerlos a sí, y hacerles conocer que él era el verdadero Mesías. ¿Qué debía hacer yo por mi viña, que no lo haya hecho? (Is 5,4). Juan y yo hemos venido por dos caminos diferentes. Si la austeridad y el ayuno os parecen dignos de admiración, ¿por qué no creéis a Juan de una vida tan austera, y que da testimonio de mí, diciendo que yo soy el Mesías? Y si el ayuno os parece una cosa muy austera, ¿por qué no me creéis a mí, que hago una vida común entre vosotros? Pero la economía, que ha usado la divina Sabiduría y su admirable doctrina, han sido reconocidas por los que son verdaderamente del número de los hijos de la Sabiduría, por los Apóstoles y discípulos, que siendo los hijos de Dios están convencidos de la justicia con que yo me he portado con vosotros (San Jerónimo).