Sexo culinario

Hola Steemit, estoy cocinando unas papitas hervidas. Lo hago para que una vez hervidas sea factible quitarles la concha…ya saben que si uno pela unas papas tan chiquitinas como estas en crudo, termina sin las papas. Bueno ya están peladitas. Ahora a calentar el aceite, para freírlas en abundante del oleaginoso fluido. Un dato, pues que la ollita fue demasiado pequeña y la cosa ha sido como una reacción química. El aceite hirviendo ha sobrepasado el nivel y me he quemado un poco, pero sólo la mano izquierda. También que el líquido ha apagado la hornilla y me he pasado un rato limpiando el quemador para que vuelva a prender. Limpiar la cocina llena de esa grasa es fatigante. Además da dolor con lo escaso y caro que está el Vatel. No echen todas las papas de un solo tiro y no desde tan lejos.
Esto lo he hecho porque tengo una invitada. A ver si tengo suerte luego de la peli. Es de terror, digo, también la peli." Al otro lado de la puerta”, se llama. No suena de terror? Yo nunca veo películas de terror. Son predecibles, siempre lo mismo. La chica ha llegado justo a tiempo…las papitas ya están fritas, crujientes. Las coloco en un bol al lado de otro pequeño con natilla de sal, al lado de la computadora.
Hooola Vicky, le digo. Le digo Vicky, pero se llama Victrola. Nos sentamos en un sofacito de dos puestos frente a la mini laptop. La peli es online por la página de gnula. Lo mejor para ver pelis online. La tengo cargando desde que empecé con las papas.
Vicky mira el bol y mete la mano, la saca llena de papas y las mete en el de nata, ríe y se las va metiendo en la boca. La nata le chorrea un poquito por la comisura de los labios. En un gesto romántico me acerco para limpiarla humedeciendo mi pañuelo de caballero con la punta de la lengua como he visto en las pelis románticas. Pero ella sorbe con fuerza y se mete otra papa. Además se aleja un tanto de mí, arrinconándose a su extremo del sofá.
Apago la luz, como en el cine. No no, dice ella, me gusta con luz. Aaaah traviesa, pienso. Prendo la luz y la pillo otra vez con la mano en el bol. La peli comienza. A mí no me gustan las pelis de terror, son muy predecibles, siempre lo mismo.
Una mujer misteriosa le dice a la protagonista que cuando hable con su hijo muerto no vaya a abrir por ningún motivo la puerta del templo mágico de los muertos, que sólo se despida del niño a puerta cerrada y se vaya directo a casa.
Es muy boba y predecible, siempre lo mismo. Pero como siempre, la mujer no hace caso y abre la puerta para abrazar a su hijo muerto, no les dije. Siempre lo mismo, me empiezo a poner nervioso, por eso no me gusta ver películas de terror. De pronto Vicky pega un grito que deja pendeja a la niña de Hiroshima de Aguaviva…GGGUUUUUUAAAAAAAAYYYYY. Los pasos de una momia del templo mágico llenan el vacío… oui oui oui, sí, como en francés. Me paso el pañuelo babeado por la frente. Vicky se abraza al bol vacío y pregunta…No hay más? Sólo cené un tentempié de caraotas refritas. Trato de pasar mi brazo izquierdo por sobre su cabeza con disimulo para que quede atrapada por el miedo y por mí. Le rozo el pelo para mitigar la quemada que me empieza a pasar factura. Pega otro grito y la cosa empieza a olerme mal. La mezcla de papas fritas y caraotas fritas le está pasando factura, y quiere que yo la pague. Vuelvo a sacar el pañuelo pero esta vez lo dejo tapándome sin mucho disimulo la nariz. Tienes alergia? Pregunta. Ajú, digo.
La momia cercena la cabeza de la protagonista que ha sido poseída por el niño demonio que ya no es su hijo. Otro escape de gas mitigado por la niña de Hiroshima. Por fin termina la película y Vicky mira la hora en su celular. Es muy tarde, dice. Bueno muchas gracias, dice y se va. Por eso no me gusta ver películas de terror, siempre la misma vaina.
Fin.