Hace tiempo no estamos juntos, nos hemos distanciado y la rutina cotidiana invadió nuestras mañanas, suena la alarma y se enciende la luz de la habitación, no hay un “buenos días” como acostumbrábamos en el inicio de nuestra vida juntos, cuando soñábamos con ser felices y compartir cada detalle, cada momento.

Cuando nos conocimos fue todo lleno de magia, no es que crea en ella mas sin embargo la frase es digna de ser utilizada, pues describe el hecho de que todo parecía un sueño irreal, era soñar despierto a tu lado, soñando despierto soñaba en que soñaba contigo.

Pero no sólo eso sino que lo expresábamos, lo demostraba y tu también lo hacías, las tardes que más extraño las pasé a tu lado, las noches mas cálidas fue en tus brazos, y las mejores mañanas y el mejor inicio de mi día era cuando al despertar estabas ahí, recostada al lado mío, eramos dos almas gemelas, eramos felices y eramos uno del otro.

Más sin embargo no todo es para siempre, no lo digo a manera de excusa, pues cometimos errores que desencadenaron una serie de eventos que fueron mermando nuestra relación, nuestro amor, nuestra paciencia y nuestra vida entera.

Así comenzó este nuevo camino, nos separamos mentalmente, tu en tu lado de la habitación y yo en el mío, una extraña situación que no dudo que muchos han pasado, pues el amor y la falta de el, ha acompañado a la humanidad a lo largo de la historia.

Pero qué feliz sería si esta historia no fuera contada en mi persona, qué feliz sería si este relato lo leyera en vez de escribirlo, pero aún más feliz me haría que nos siguiéramos amando, que aún nos necesitáramos como acompañantes, para vivir el resto de nuestras vidas.