EL MUNDO DESDE ARRIBA

Tiempo de espera

El hecho de estar inmersos dentro de la cotidianidad del día a día muchas veces no nos dejan ver objetivamente nuestro pasar.
Un dia tipico de un ciudadano tipo, suena una alarma, despertarse, una ducha un café y a la calle, manejar unos diez o quince minutos al trabajo, quizás un viaje un poco mas tedioso en transporte publico para algunos, o simplemente trasladarse por sus propios medios hasta el lugar de trabajo.
Marcar tarjeta, brindar un servicio, atender un negocio, básicamente cumplir un rol laboral en la sociedad, la hora del almuerzo y la segunda parte de la jornada, la cual suele ser un poco mas lenta y aburrida que la primera, pequeño detalle que se asocia directamente a las secuelas del cine.

Hoy me toca una tarea donde básicamente lo que debo hacer es esperar, aproximadamente unas tres horas, sentado en una cafeteria, a dos cuadras del taller mecánico donde he dejado mi auto a hacerle unas pequeñas reparaciones.
Siempre intentamos abstraernos para tener un vision mas objetiva, mas panorámica sobre el punto a analizar, hoy me toca estar aquí, en un tercer piso, tomando un cafe, escribiendo las ideas que pasan por mi cabeza mientras espero.

Hay algo mas molesto que esperar?

No se si en mi caso podría encontrar alguna situación mundana que me genere una mayor molestia que el simple hecho de estar esperando por algo, o por alguien.
No me mal entiendan, suelo ser un poco histérico con eso, pero hoy en día donde todo avanza a una velocidad descomunal, siento que el estar esperando es una muerte lenta de nuestro ser interior, o por lo menos una reducción de vida.
Intento sacar el mayo provecho del momento, como dije antes, mi computadora y un café parecen ser la mejor revista en esta sala de espera.
Pero dejando de lado un poco mis molestias y malhumores, gracias a el duro trabajo de sacar lo mejor o por lo menos algo positivo de cada momento han hecho que mi cabeza apague un poco el motor para entrar un modo mas observador y analítico.

Veo gente trabajando, aqui mismo en la cafeteria, en una gasolinera, alguien que viene a distribuir productos alimenticios, reponer una heladera, por momentos me detengo en el omnibus que para el semáforo, un conductor con cara de lluvia, y la gente que va dentro parece llevar el mismo clima en su interior.
Todos cumplimos un rol importante en este mundo, así como funciona una colonia de hormigas, cada cual procura día a día hacer su trabajo y llevar el alimento a casa, y mas allá de nuestro rol individualista, creo que muchas veces inconscientemente intentamos trabajar en sociedad.

Dia a dia por una vida

No puedo evitar pensar en cuantas de estas hormigas que an vueltas por aquí abajo están felices con ese rol de obreros que les ha sido adjudicado, o se han adjudicado quizás.
Cuanta gente aspira y pretende una vida digna de ser feliz, con un día a día que abruma y apaga.
Siendo sincero puedo afirmar con un margen de error mínimo, que el 75% de las caras que veo son largas, y felicidad es lo ultimo que se transmite.
Hemos dejado que el corto plazo nos gane, caemos una y otra vez en el pozo de la necesidad, de la obligación, y de las estructuras impuestas por nuestra hormiga reina, en este caso podría llamarse gobierno.

Por mas que lo rechacemos y hagamos lo imposible para no sentirnos parte, lamentablemente el dinero mueve al mundo y la necesidad en muchos casos lleva a tomar desiciones que en un mundo perfecto apenas serian consideradas, seguramente en un aspecto de burla.
Cuantos son capaces de sacar su capa y transformarse en sus propios superheroes, tomar coraje y seguir su propio camino, renegar a la comodidad y conformidad de estar tranquilo cumpliendo un rol otorgado a cambio de una remuneración económica.
Veo muchísimas caras trabajadoras, muchas caras largas, y pienso cuanta de esta gente va arriesgar su día a día? cuanta gente va a salir de su zona de confort con la idea de perseguir un sueño? y lo mas negro, cuanta gente puede darse el lujo de tan solo pensarlo?

Creemos tener el control

Seguimos pensado que tenemos el control y que "se hace lo que se puede" para sobrevivir en este mundo cada vez mas materialista y mas interesado.
Consideramos que el trabajo de ocho horas, la familia, y procrear son los tres pilares de una vida bien vivida, donde hicimos lo "correcto".
Desde hace aproximadamente unos cinco años que mi modus operandi ha cambiado, mis prioridades son otras, y mis desiciones han sido mas acertadas que nunca.
He intentado tomar conciencia de la verdadera felicidad y esto ha modificado mucho mi lista de prioridades, así como el valor que le otorgamos a todo.
El tiempo le ha ganado al dinero, un almuerzo en la calle con un amigo le ha ganado al restaurante mas lujoso de la ciudad, y la gran mayoría de las cosas cotidianas que me hacen feliz por suerte no se compran con dinero.
He aprendido a renunciar a lo que no necesito, y a valorar lo que no tiene opción de compra, no podemos bajarnos de este mundo que no para, no podemos dejar de cumplir un rol en esta colonia, pero podemos hacerlo a nuestro modo, podemos ser los heroes de nuestra propia historia.
Nunca es tarde para hacerse feliz.

Créditos:

Foto 1: Photo by Seb Zurcher on Unsplash
Foto 2: Photo by Ales Krivec on Unsplash
Foto3: Photo by Takemaru Hirai on Unsplash