Musa (Relato original)

in spanish •  7 years ago 

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El escritor desesperaba ante la página en blanco.

Frustrado, sintiendo su alma llena pero su mente incapaz de vaciarla, moría lentamente. La inspiración no llegaba. Su espíritu anhelaba el arte, rozándolo apenas con la punta de sus dedos, pero siempre dejándolo escapar.

Palabras huecas formando frases incompletas. Como un rompecabezas al que le faltan todas las piezas importantes. Su obra era de técnica perfecta, pero carecía de vida.

Entonces, en su noche más oscura, el escritor clamó en medio de los vapores del alcohol y la tormenta. Gritó al cielo su deseo de sacrificio. Ofreció todo lo que tenía por aquello que no poseía.

El arte.

Entonces apareció la musa.

Voló de entre las sombras. Bella cual ninguna otra, de piel blanca como el papel y ojos negros como la tinta. Su cabello era poesía danzante, y sus movimientos una historia en cada ademán. Sus labios rojos como la sangre derramada por amor.

Y encontró el cuerpo del escritor, fascinado por ella. Se tendió sobre su piel helada, mientras la suya era cálida y anhelante. El hombre sintió su cercanía y su respiración pausada. Su sonrisa de niña y su cuerpo de mujer. La inocencia del primer escrito con mano temblorosa, y la gloria de las novelas más excelsas de los maestros.

Ella le miró con ojos de promesa. Acarició el cabello enmarañado de quien la había convocado con angustia, y besó sus labios secos.

Él la tomó entre sus brazos y creó versos de pasión y furia. Esa noche duró siglos cada segundo. Mística y realidad, piel y fantasía. El sueño más bello que alguien haya tenido alguna vez.

Y, al clarear el alba, ella le miró nuevamente.

Con burla. Con ira. Con despecho y desengaño.

Y se fue.

El escritor le lloró con un corazón vuelto trizas, llevado al cielo para ser dejado caer al infierno. Su alma ardiente con llagas dolorosas. El amor más grandioso, asesinado por la tristeza más profunda.

Y el escritor tomó tinta y papel. Y escribió. Creó sin parar por días y días. Historias y poemas, versos y cantos, alabanzas y sonetos. El dique de su alma, roto por un beso. Su mano desesperada por plasmar con lágrimas y sangre, unidas de formas majestuosas para traer al mundo las más bellas letras que mortal alguno haya tenido el honor de leer.

Días y días, hasta expirar con su cuerpo deshecho y su corazón agotado.

Pero él viviría por siempre en su obra, como todos los maestros. Como cada hombre que ha dejado todo en el papel, para maravilla de las generaciones presentes y futuras. Sus sentimientos llevados al límite de la gloria y el abandono.

Los inmortales rara vez son dichosos.
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Yo tengo una musa, el tiene una musa, ella tiene una musa , etc, la que nos acompaña en cada letra en cada pensamiento . muy bueno saludos @flashfiction

Te agradezco mucho. :)

Asi es ella algunas veces... encantadoramente efímera.
Un gran saludo
@flashfiction

Efímera como la vida misma. :)

¡Gracias por tu comentario!

Hermoso en verdad... Esa musa que todos necesitamos en aquellos momentos donde la inspiración se torna escasa. Me encanta como escribes y voy a seguirte por eso

Por cierto, la imagen del artículo me parece genial! Bien chévere!

Me siento honrado. Muchas gracias por tu amable comentario. :)

Bravo.....Excelente!
La Musa siempre es buena compañera y cuando la tenemos a flor de piel, la disfrutamos enormemente.

Como un matrimonio hecho en el cielo. :)

¡Gracias por pasarte por aquí!

¡Oh! la musa, siempre tan caprichosa y esquiva. Me encantó el relato.

Muchas gracias! :)

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Excelente relato! También suelo escribir y la verdad es que este texto me ha inspirado mucho! Gracias por compartirlo

Good

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