La importancia del desayuno

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A veces por el ritmo de vida que llevamos no solemos desayunar, si no que nos tomamos una taza de café con leche o comemos una galleta. Luego decimos que comeremos mejor en el almuerzo, pero a menudo no es así, tomamos esta decisión sin saber que el desayuno constituye la principal fuente de energía para afrontar el día.

Desayunar de manera ideal aporta a nuestros cuerpos las necesidades nutricionales que éste requiere, ayuda a llevar una dieta balanceada, además de distribuir mejor la ingesta de calorías a lo largo del día y repone las calorías que perdemos al dormir. Por otro lado previene la irritabilidad, evita el picar y la ansiedad de comer a cada momento. También suele ser el momento del día donde consumimos una cantidad importante de leche o sus derivados lácteos, ya que son unos de los mejores alimentos para obtener el calcio, siendo éste la mejor prevención contra la osteoporosis.

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¿Pero qué es un buen desayuno?

Los especialistas en nutrición concuerdan que un desayuno equilibrado debe estar comprendido por tres grupos de alimentos. El primero de estos grupos lo forman, la leche y sus derivados lácteos (yogurt o queso), ya que aportan calcio; además se deben complementar con frutas o jugos de frutas naturales, debido que son una fuente de fibra y vitaminas, y por último una porción de cereales o alimento integral, ya que contienen hidratos de carbono y proteínas.

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Aunque en los actuales momentos no es tan sencillo consumir todos estos alimentos, debemos hacer un esfuerzo por consumirlos y regular nuestros ritmos de vida, asegurándonos así de comenzar el día con la energía y vitalidad que necesitamos.